No hace mucho tiempo que en una entrevista, Pedro Caixinha dijo a quien esto escribe que si no fuera apasionado, dejaría de ser quien es.
Y también en las horas previas a la Final contra Querétaro, el presidente de Santos Laguna, Alejandro Irarragorri, confiaba en que el portugués no fuera a escuchar algún canto de sirenas que le alejara de La Comarca.
Todo mundo cumplió: Santos con
el título, Caixinha con su palabra de volver a firmar contrato y el sistema de trabajo del equipo lagunero con los objetivos cumplidos.
El diseño de Santos Laguna es particular. Se apoya en más de 100 expertos de diferentes áreas que le ofrecen al director técnico en turno toda la información que cualquiera soñaría tener en las manos para tomar decisiones fundamentadas.
Pedro Caixinha fue encontrado en su momento gracias al intercambio que los laguneros tienen con el Celtic Glasgow, club mítico e inventor de esta manera de trabajar.
Digamos que en la construcción de su proyecto, Santos buscó al técnico que quisiera trabajar de esa manera. A Diego Cocca le costó mucho hacerse a ello. No a Caixinha, que era discípulo de ese método. Hoy que por decisión propia es el primer técnico que deja el cargo en la actual campaña, la respuesta de la persona a contratar es más compleja porque no puede ser un técnico tradicional.
Pedro Caixinha es apasionado y portador de esa epidemia que ataca con fiereza actualmente a varios técnicos y que se llama incontinencia emocional.
La intensidad del futbol no permite estancias largas salvo en contadísimas excepciones. Santos, reconoce su presidente, tal vez debió percatarse del progresivo cansancio de Caixinha después de los festejos de la Final. Había manifestaciones que lo detectaban. Difícil es, por otra parte, despedirse de un técnico que recién había levantado el trofeo.
El balance dice que la presencia del portugués ha dejado marca. En la infraestructura y procedimientos del club, y también en los resultados.
Se le puede recordar por los momentos en que perdió el control -que no fueron tantos pese a lo sonoro-, pero será más justo decir que es una persona capaz, profesional, que tiene una visión peculiar del juego y de la vida, y que a fin de cuentas se le va a extrañar.
Practicante del pensamiento crítico, sabremos pronto de él. Tiene mercado en México y también en Europa, a donde seguramente regresará para tomar un respiro.
Robert Dante Siboldi tomará el relevo interino mientras se elige al nuevo responsable del barco lagunero. El campeón se queda sin conductor, pero tiene una estructura sana. Esa que permite que los hombres pasen y las instituciones permanezcan.
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