Amables aficionados: cuando se conocen los salarios estratosféricos que algunos jugadores reciben en la NFL, hay que recordar que traen un asterisco.
Cualquier número de millones mencionados en un contrato son sólo números mientras no se reciban, y esto sólo sucede mientras el elemento en cuestión siga activo y no sea dado de baja por lesiones o algún otro motivo.
Por eso, el
verdadero trabajo de los agentes es obtener para su cliente el llamado "dinero garantizado", el que recibiría el jugador por el hecho de firmar, aunque por alguna causa de fuerza mayor no participe en una sola acción para su equipo.
En esto le fue muy bien al mariscal de Seattle, Russell Wilson, quién recientemente firmó su nuevo contrato, el segundo de su carrera con el conjunto. Los Halcones Marinos, aprovechando los nuevos contratos para los novatos, estaban gozando de la ganga del siglo al recibir los servicios de Wilson por casi el equivalente al mínimo de la NFL, no obstante que los ha llevado al Súper Tazón en dos de sus tres campañas.
El monto garantizado para Wilson en el nuevo convenio suma 61 millones de dólares, repartidos en varias temporadas, con 31 millones adelantados como bono por firmar. Si consideramos que el salario asignado a Wilson para la campaña 2015 era de 1.5 millones, el aumento fue estratosférico. Ahora, con el futuro económico de su familia solventado por varias generaciones, Wilson puede dedicarse a tratar de llegar a otro juego de campeonato.
Mientras tanto otro mariscal, el que lo derrotó en el Súper Tazón anterior, espera su momento en la corte. El juez de distrito de Nueva York, Richard Berman, ha indicado que estudia el caso y dará su veredicto antes del 4 de Septiembre, 6 días antes del partido inaugural.
Ya hay muchos comentarios del hartazgo sobre este asunto que distrae sobre el arranque de la nueva campaña, así como del pobre espectáculo que significa que dos de las personas más conocidas de la Liga, el comisionado y uno de los mejores jugadores en la historia, estén intercambiando cañonazos en público sobre una situación tan ridícula que sólo el ego gigantesco de Roger Goodell pudo haber propiciado.
Expertos legales ven la situación de Tom Brady cuesta arriba, rara vez un juez da reversa a un caso con apelación perdida, pero como el comisionado fue el juez en ambas instancias, el asunto pudiera cambiar. Por ahora, hacemos una pausa...
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