Periodistas vs. futbolistas

Félix Fernández
en CANCHA


Apropósito del cumpleaños 99 de Don Nacho Trelles, una frase suya viene perfecto para este tema: "A la prensa se le paga, se le pega o se le ignora", dijo a su gente cercana hace más de 30 años, tras un conflicto de los que siempre han existido entre el periodismo deportivo y el futbol de cancha.

La relación entre prensa y plantel es hoy, como nunca antes, delicada por la facilidad con que

las noticias y los chismes fluyen por las redes sociales y porque prácticamente cualquier persona es un reportero en potencia.

Desde que los comunicadores se convirtieron en celebridades, se acabó la necesidad de alianza para beneficio mutuo. Yo soy de los que piensa que en todo divorcio existen dos partes en conflicto y por lo tanto dos responsabilidades. De la misma forma pienso que Miguel Herrera fue transformado injustamente en el único culpable de su censurable arranque, cuando existen otros responsables que resultaron ilesos.

Miguel tuvo desde hace más de 20 años la misma estrategia ante la prensa, quizá un tanto criticada por sus compañeros y colegas, pero funcional: atención, formalidad, disposición y apertura sin límite ni horarios. Probablemente, al llegar los malos resultados y los escándalos, se sintió traicionado y los ataques le afectaron más de la cuenta.

A su vez, los seleccionados mexicanos, durante la reciente Copa Oro, decidieron guardar silencio en zona mixta en los últimos 3 partidos, como protesta a lo que consideraron ataques infundados de la prensa.

Y es que fuera de la cancha desafortunadamente los futbolistas no hacen mucho por respaldar con argumentos sus posturas, lo que por cierto es una de las fortalezas de quienes se desempeñan en los medios de comunicación. Así resulta que mientras el grueso de los periodistas opina que los futbolistas son ignorantes, el grueso de los futbolistas opina que los reporteros son ignorantes. Las críticas de un gremio hacia el otro son constantes, aunque no siempre públicas: mientras los futbolistas tachan a los medios de comunicación de imprudentes, éstos tachan a los futbolistas de vagos. Es decir: el futbolista, que casi nunca ha dicho algo que valga la pena, cree que es sencillo hablar ante un micrófono; y el periodista, que casi nunca ha necesitado patear un balón con precisión, cree que es fácil anotar un penalty. Llega un momento en que el futbolista se harta de los periodistas que creen que saben, y los periodistas, a su vez, se hartan de los futbolistas que creen que son.

Decio De María nos ha hecho saber, en la conferencia donde anunció el despido de Herrera, que el futbol mexicano es una gran familia. Bien, como dije, en los conflictos familiares existen dos partes y ambas con responsabilidad y, hasta hoy, únicamente ha sido señalada y castigada una de las partes. No, no creo que a la prensa se le deba pagar, pegar o ignorar como dijo Don Nacho alguna vez. Creo que al final de cuentas, ambas partes se deben cuidar y cuidar a su vez al futbol mexicano.

 
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