El portero de la incógnita
Nadie sabe y nadie supo su verdadero origen, pero vaya que es una historia particular la de Viktor Derbunov.
Para quien no se acuerde de él, fue un portero de origen ruso que llegó al Atlas de Mario Zanabria para la Temporada 1992-1993, que la verdad, pasó con más pena que gloria por el futbol mexicano.
Viktor Ivanovich Derbunov (7 de junio de
1967 en Moscú, Rusia)- es su verdadero nombre, no crean que ando de llevado- llegó con la etiqueta de seleccionado ruso y con gran cartel, o al menos eso le dijeron a la directiva, que no dudó en contratarlo y traerlo para ocupar el lugar de figura que dejaba Robert Dante Siboldi, quien no renovó contrato con el cuadro rojinegro.
De hecho, Siboldi no renovó por su representante, quien trató de sacar mucha lana y la directiva del Atlas prefirió no mantenerlo.
Por eso y tal y como era una costumbre en ese Atlas, contrataron al ruso de último minuto, lo registraron a horas del cierre y llegó con el torneo ya comenzado. ¿Dónde he escuchado esa historia?.
Sobre su vida había varias historias, la primera que sí era él al que los directivos buscaron y recibieron información, pero también hay versiones de que el portero que jugó en el Atlas no era él, sino se trataba de su hermano, un guardameta figura y que incluso sí era seleccionado.
Esta versión de que no fue el verdadero Derbunov el que llegó al Atlas nunca pudo ser confirmada, pero sus números en México distan de lo que se decía de él en Rusia.
Para no hacerles largo el cuento, el guardameta llegó con información positiva, y fue traído por el entonces presidente, Fernando Acosta. Al parecer lo que decían de él en su País, más su estatura de 1.82 metros convencieron a la directiva de traerlo y pasar a la historia como el primer jugador ruso en jugar en el Atlas. Lástima que las cosas no salieron como él y los directivos añoraban.
De hecho, lo mejor que hizo fue arreglarse los dientes por cortesía de la directiva, lo que les salió en una buena lana, pero con tal de tenerlo contento y de que rindiera, nunca se lo cobraron.
Su aventura en México sólo duró 10 partidos en los que le hicieron 14 goles.
Debutó en la Jornada 6 ante el Monterrey. Se fue en blanco, pero mostró sus primeras fallas. Durante el encuentro, un jugador de Rayados lo vio adelantado y lo probó desde media cancha, cuando recorría tropezó y para su buena suerte el balón le pegó en la trasera de sus pies y evitó el gol, aunque no la desaprobación del público.
De inmediato, los aficionados presentes, comenzaron a corear el nombre de Siboldi, quien veía el encuentro desde un palco del Estadio Jalisco.
Sólo en 4 duelos le hicieron únicamente un gol, pero por el contrario, los Tecos y el León le clavaron de a tres en su enfrentamiento. Morelia y el Cruz Azul le hicieron un par para llegar a la cifra de 14.
Con decirles que el tiempo que estuvo en la portería, los Zorros sólo ganaron un partido, perdieron 5 y empataron 4.
Al darse cuenta de su marca de goles, Zanabria lo dio de baja en ese diciembre de 1992.
Su verdadera intención es que Derbunov pudiera arropar al joven, en ese entonces, Miguel de Jesús Fuentes, que ante la nula aportación del ruso, terminó por afianzarse como titular en el Atlas de Zanabria.
Al ser dado de baja, el portero se quedó unos días en el País y fue enviado a entrenar con los guardametas de cantera, pues no querían ni verlo con el Primer Equipo.
Regresó a jugar a Rusia y posteriormente al futbol de Hong Kong, pasando por equipos como Happy Valley, los Rangers de Hong Kong y finalmente se mudó a un plantel chino.
Esto no significó que no volviera a México, pues aún en activo, se enfrentó a la Selección Mexicana en 1999, siendo parte de un combinado de Hong Kong en el que 70 por ciento eran estrellas extranjeras que militaban en su Liga.
Dicho duelo fue parte de la Copa Carlsberg y el Tri de Manuel Lapuente empató sin goles, pero en penales ganaron los aztecas. De hecho en aquel equipo mexicano falló únicamente Cuauhtémoc Blanco.
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