La 'parábola' de Bertolo
En estos días, el nombre de Nicolás Bertolo es capaz de abrir casi cualquier puerta en Argentina, en un claro contraste con lo que ocurrió al jugador a su paso por México.
Y es que mientras el volante ofensivo está cerca de firmar con River Plate después de romperla con Banfield, aquí en Cruz Azul tuvo un paso bastante, digámoslo así para ser
amables, bastante triste, como el que han tenido muchos que se contagian de la malaria celeste.
Ahí tienen que después del mazazo que sufrió La Máquina en la célebre Final del Clausura 2013 ante el América, Bertolo fue uno de los jugadores que ya intuía que iba a salir del club pese a tener aún contrato, sobre todo porque el técnico Guillermo Vázquez lo cepilló de manera monumental para los últimos partidos de ese torneo.
Pues bien, resulta que el día en que el equipo reportó a la pretemporada, el argentino quiso hablar con Guillermo Vázquez en el Seminario Menor, pero el director técnico estaba ocupado y lo tuvo esperando alrededor de 10 minutos, mientras más de uno de los ahí presentes se compadecía del jugadorsudamericano, al que ni siquiera le abrían la puerta y tardó más en entrar que en lo que ya estaba en la calle otra vez, luego de que le informaron que tenía que ir a buscar dónde contratarse.
¡Mírenlo ahora, un par de años después! Hoy Bertolo es uno de los fichajes bomba en el futbol argentino.
Moraleja: salgan de Cruz Azul y mejor ahórrense la humillación del final.
El drama de Tófolo
Y como si hoy este espacio fuera para el rincón de los lamentos celestes, pues les cuento quién pasa hoy por un trance parecido al de Bertolo hace dos años...
Resulta que el atacante brasileño José Carlos Tófolo pasó de una vida dulce a la total desesperanza en cuestión de unos cuantos días.
Y es que luego de que hace dos semanas todo era alegría para nuestro amigo "Alemao", quien incluso estuvo en Palacio Nacional en la visita que hizo su presidenta Dilma Rousseff a México, días después se enteró que no entraba en planes del Cruz Azul, y ahí empezó el drama.
Pero lo peor vino después para el brasileño, pues aunque se lanzó al Draft de la Liga MX, nadie le tiró un lazo y, luego, ni en el Ascenso MX pudo encontrar equipo.
Aunque aún tiene seis meses de contrato con La Máquina, ya no es bienvenido en La Noria y hay quien me platica que su destino está de vuelta en su país, aunque igual y ni siquiera en un equipo de Primera.
san.cadilla@reforma.com