México mejora la Copa

Francisco Javier González
en CANCHA


Parecía un sueño guajiro en aquellos años.

El futbol mexicano vivía encerrado en su Confederación, que en ese entonces no le retaba demasiado. Los pocos aunque sonoros fracasos que había acumulado se debían a errores de escritorio y de indisciplina más que a calidad de los adversarios de la zona. Las derrotas en las Eliminatorias de Haití en 1973 y Honduras en 1981 descubrieron en casa

muchos pecadores.

Los intentos de Alejandro Burillo para entrar a la Libertadores y de la gestión Ibarra-Maurer para hacerlo en la Copa América fructificaron años más tarde.

México, por sus atributos deportivos y sus encantos comerciales, es ya invitado permanente y es tratado cada vez menos como un extraño aunque lo seguirá siendo. Es simple y no es necesario enojarse: geográficamente no nació ahí y eso tiene sus consecuencias.

Qué tanto ha mejorado el futbol mexicano desde que ingresó a ambos torneos es una pregunta que merece ser contestada.

El aprendizaje es indudable. Si antes los equipos nacionales sabían de grandes adversarios solamente en esporádicos partidos amistosos que no daban el toque competitivo que nos diera respuestas, hoy las cosas son distintas: salvo en la Copa América anterior con circunstancias poco favorables, la Selección siempre ha avanzado por lo menos una ronda. Dos Finales, 3 Semifinales y 2 Cuartos de Final completan las ocho apariciones. No está mal.

Comercialmente, por la posición económica de México en el mercado, se ha devuelto la cortesía al certamen: pese a ser el más añejo del mundo a nivel de Selecciones, la Copa América nunca estuvo mejor sin el Tri que con él.

Por atender a los dos amos que tiene -el geográfico y el de Conmebol- otra vez tenemos que ver un equipo azteca disminuido respecto a nuestras mejores posibilidades.

De cualquier manera es mejor asistir diezmado que quedarse en casa.

Hasta dónde llegará México esta vez es más difícil de decir. Algún día con un equipo alternativo -como éste lo es en parte- Bora llevó al tercer lugar en Bolivia una alineación que invitaba al escepticismo. La de ahora cuenta con esa duda respecto a su confirmación y poco tiempo para prepararse. Pese a todo lo que se diga, no hay país que tenga suficiente material para parar dos Selecciones de calidad similar.

En cinco de nueve ocasiones, México comparte grupo con el anfitrión. Y por tercera vez enfrentará a Bolivia en la apertura sin haberla vencido en las anteriores, pese a lo que se supone favorito.

Conclusión: México sí ha mejorado desde su aparición en la escena sudamericana. Y debe seguir haciéndolo pese a cualquier dificultad.

 
 
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