La confianza se pierde sólo una vez. Para restituirla, pueden hacer falta años.
El futbol es mucho más que un juego. Es un referente social, un factor de identidad, un escenario lleno de aspiraciones para quien lo practica y de pertenencia para quien lo sigue.
El lodazal en que está sumergida la FIFA implica realizar acciones de fondo no solamente para castigar a quien sea
necesario, sino también para reconstruir.
Algunos puntos fundamentales que pueden tomarse en cuenta para refundar al organismo, según expertos, son:
1. Restringir los mandatos presidenciales a un máximo de dos períodos.
2. Abrir públicamente los documentos que sea pertinente, a fin de ser sometidos a la opinión pública.
3. Controlar la atribución de dinero a los países apoyados por el proyecto FIFA Goal. Estos fondos para la creación de canchas y escuelas de futbol se destinan a las federaciones más pequeñas y generalmente más pobres del mundo. No es claro ni el uso de esos recursos ni tampoco la manera de elegir a los países beneficiados. Se requiere de un método transparente en el que la sociedad civil y expertos calificados escojan entre los candidatos a hacerse de ese apoyo.
4. Un consejo de vigilancia independiente semejante a la Agencia Mundial Antidopaje, que tenga prerrogativas y poder de inspección en los asuntos financieros de la FIFA, así como observadores en las votaciones para la asignación de sedes para cualquier tipo de Copa del Mundo.
5. Reforma de un sistema de votación distinto al actual. Algunos aconsejan que el valor del voto de cada federación sea proporcional al número de licencias dadas de alta. Eso haría que, por ejemplo, el voto de Alemania tenga más valor que el de Isla Guadalupe o Islas Faroe.
6. Crear un consejo de directores de grandes empresas, ONGs, ex futbolistas de reputación comprobada y figuras ejemplares que garanticen la ética y la equidad que deben existir en todas las decisiones importantes de la FIFA. Este consejo deberá tener capacidad de suspender de sus funciones a cualquier dirigente que juzgue nocivo en términos de reputación y ética.
7. Presión de los patrocinadores y medios de comunicación que tienen trato con el organismo. Poder denunciar abusos en negociaciones, contratos o favorecimiento a terceros involucrados.
Primero hay que limpiar la casa a fondo. Autoridades internacionales ya se están ocupando de ello y testimonios hechos púbicos por el FBI empiezan a dar más luz sobre el asunto. Todos estos parecen buenos puntos para debatir y poner en práctica.
El futbol pide auxilio para que este escándalo sea el motivo de un cambio inmediato que haga recobrar la confianza perdida.
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