México y España, pese a todo lo sucedido hace siglos, son dos países con mucho en común.
Y la fiesta brava es uno de los eslabones más firmes entre las dos naciones. Ambas son consideradas como las dos potencias taurinas.
Hace unos días, en Zamora, España; en Ciudad Toro, el incansable trabajo de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia, de la mano de su presidente
Manuel Sescosse, dio un trascendental paso a nivel internacional.
"Tauromaquia Mexicana del Siglo XXI" es un estamento que se ha creado en nuestro País ante la iniciativa de los ganaderos y el apoyo del resto de los profesionales taurinos, buscando apuntalar el impulso de la fiesta brava, pero sobre todo el respeto a un espectáculo parte de la idiosincrasia nacional, que además es fuente de ingresos para miles de familias.
Del toro, su fiesta y sus protagonistas, vive parte de la población en México.
Y aunque apenas se inicia, este proyecto ha sido bien recibido por la sociedad, por los aficionados que han comenzado a manifestarse a favor en las redes sociales.
Ciudad Toro es la primera población en España donde la fiesta ha sido declarada como Patrimonio Cultural e Inmaterial, como ha sucedido aquí con algunos de nuestros Estados.
La semana pasada el alcalde Jesús Sedano invitó a los miembros del nuevo estamento taurino que dirigirá un apasionado aficionado como lo es Jorge Espinosa de los Monteros, ex presidente de Bibliófilos Taurinos de México y presidente del capítulo mexicano del Círculo Bienvenida, a hermanarse con un proyecto de un fin común.
Sescosse habló en nombre de los 271 criadores de toros de lidia mexicanos destacando que la fiesta es una actividad lícita de derecho constitucional, que "la fiesta sigue activa y que la hemos adoptado como nuestra".
Por su parte, Espinosa de los Monteros reconoció que es el momento en que todos los profesionales taurinos deben mostrar unidad y un trabajo de convencimiento y de esfuerzos para buscar el respeto legal y el de la sociedad.
En el acto también participó Williams Cárdenas, presidente de la Asociación Internacional de Tauromaquia que agrupa a 4 mil entidades que han blindado la fiesta brava, destacando también que se busca que la UNESCO reconozca la fiesta brava como un Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Se siguen dando pasos, lentos pero firmes, hacia la búsqueda de un respeto a las tradiciones, a una raza animal como lo es la del toro de lidia, a las grandes extensiones de terrenos que ecológicamente y sobre todo, económicamente, mantienen los ganaderos, sin casi apoyo del gobierno, pero sobre todo y lo más importante, el respeto al derecho que tiene todo ser humano en este País a disfrutar de sus gustos.
DE RESUMEN...
A punto está de concluir la Feria de San Isidro en Madrid, que aunque a muchos no les guste, tiene un nombre, que además de pronuncia en francés: Sebastián Turzac Castella.
guillermo.leal@reforma.com
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