Hoy en día existen pocos torneos que un competidor amateur apetece jugar, y uno de ellos se presentó la semana pasada en el Club Campestre de Querétaro.
El Torneo Nacional de Parejas es una gran oportunidad para disfrutar de la adrenalina que genera el golf de competencia. Para empezar, el formato de acción obliga a las parejas a jugar en equipo. El primer día es juego de bola baja, el
segundo golpes alternos y cierran con la suma del score de los dos jugadores en stroke play.
Que aunque sea el mismo torneo que los jugadores pueden disputar en su club, con la misma cantidad que se gastan ahí (10 pesos), existe una diferencia, pues la formalidad del Nacional de Parejas les genera una adrenalina similar a la que sienten también los jugadores que aparecen en televisión.
Me di cuenta de que el torneo, iniciado hace 21 años por la Federación Mexicana de Golf, había empezado a permear en más clubes de México cuando en el Guadalajara Country Club se incitaba a sus socios a participar haciendo una calificación formal para enviar representación; el entusiasmo se palpó en la preparación de los jugadores.
Hoy en día, la competencia formal ha sido remplazada por torneos con categorías y formatos principalmente de stroke play o a go-go, con la diferencia que el énfasis fuerte se hace a los premios por o'yes y hole in one, confundiendo a muchos que lo principal en el juego de golf es hacer ese buen golpe o de suerte en un par 3 para ganarse un premio y no el resultado del esfuerzo de los días de competencia.
En la categoría Campeonato, que ganaron los locales Francisco Maciel y Guillermo González, luego de un duelo cerrado con los jaliscienses Guillermo Silva y Juan Pablo Colín, hubo 26 parejas. En total, de todas las categorías, fueron 60 duplas.
No tengo nada en contra de estos eventos o torneos porque han acercado a nuevos golfistas, lo que pasa es que torneos como el Nacional de Parejas prueba que existe suficiente interés entre el amateur inmortal por competir bien. No fui ni vi el torneo, pero cuando ves que el cupo máximo se alcanzó, es fácil asumir el éxito.
Para más clubes, el Nacional de Parejas es la más notable muestra que ofrecer diferentes opciones de torneos es el mejor camino para seguir haciendo crecer el deporte.
Hasta el próximo green.
EL DATO
· La velocidad que una golfista promedio genera al pegar un driver es 62 millas por hora. Una profesional de la LPGA lo hace a 96, un amateur a 84, un jugador del PGA Tour a 118, Tiger Woods a 130 y el campeón del torneo de driver más largo a 152 millas por hora.
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