Mañana se jugarán los partidos de vuelta de unas Semifinales que en la ida no alcanzaron el adecuado nivel futbolístico.
Ese nivel apenas aceptable que en términos generales se exhibió en los Cuartos de Final, sólo fue alcanzado por el Pachuca durante algunos lapsos del partido en el que tomó una buena ventaja de dos goles sobre el Querétaro.
Y si en ese duelo el asunto empezó a
definirse, en el otro el cero-cero dejó pendiente la definición para el encuentro de vuelta entre las Chivas y el Santos-Laguna en la cancha rojiblanca.
Es decir, que si para el Pachuca las probabilidades de instalarse en la Final andan alrededor del 85 % y las del Querétaro en 15, en el Guadalajara vs Santos la cosa parece estar más o menos 60-40.
Sólo resta esperar que mañana esas definiciones se produzcan con el mejor futbol del que sean capaces estos cuatro equipos.
Después de todo, y a pesar de los pesares, son los cuatro que supieron hacer lo necesario para instalarse con todo merecimiento en esta penúltima instancia.
En cambio, los otros competidores adelantaron unos más que otros sus inmerecidas vacaciones, "aprovechadas" por la mayoría de ellos para entrarle prematuramente a los excesivos intercambios semestrales de jugadores y de técnicos.
En aras del más elemental respeto por los que siguen jugando, bien harían los eliminados en manejar con mayor discreción sus respectivas "reestructuraciones", y en dedicarse a observar la parte final de un torneo a la que no supieron llegar.
Con la excepción de los Tigres, por supuesto, quienes todavía tienen como tarea pendiente intentar hacer en la Libertadores lo que no hicieron en su propia Liga: llegar por lo menos a las Semifinales.
Mientras lo intentan, y cuando la UdeG se dispone a regresar a la División de Ascenso y los otros 12 participantes en el Máximo Circuito le entran en mayor o menor medida a su "futbolito de anafre", esperemos que los cuatro aspirantes al título jueguen lo mejor posible su futbol en serio, el que se juega en la cancha.
Para que así, por lo menos, a final de cuentas este deslucido torneo arroje como campeón al que más o menos luzca.
No se puede pedir menos ni exigir más.
gomezjunco@reforma.com
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