San Cadilla
en CANCHA


Devuélvanme mi 'ordenador'
 
 
Cuando parece que en la Comisión de Arbitraje ya han cometido todas las burradas del catálogo, ahí se encargan de superar hasta al más optimista de sus detractores.

¿Cómo ven que se aventaron la puntada de designar a Fernando Guerrero como el árbitro para el juego de hoy entre Santos y Chivas, justamente en Torreón?

No hace ni dos

semanas que a Guerrero por poco le ponen el ojo de cotorra, cuando un espontáneo se brincó a la cancha, se le fue directito para darle un empellón y soltarle un manotazo, que no alcanzó a conectarlo porque el árbitro hizo un pique como si lo estuviera persiguiendo su casero.

Apenas en la Fecha 17 se dio este incidente producto de algunas decisiones arbitrales que no gustaron al grueso de la afición de Santos en aquel empate 2-2 con Puebla, por el que debió esperar a clasificar de panzazo a la Liguilla.

Ahora, resulta que la Comisión tiene la graaan ocurrencia de volverlo a poner en el mismo lugar, con la misma gente y en un partido de la importancia de una Semifinal...

¡Vaya materia gris que fluye ahí!

¿Nadie pensó que están mandando a Guerrero casi al paredón?

Les apuesto que el famoso "ordenador" que usaban antes para quesque designar por computadora a los silbantes jamás habría cometido una chistosada como ésta...

 
 
 
 
Maldición Tuza
 
 
A Gustavo Matosas le cayó algo así como una "Maldición de Grupo Pachuca".

El técnico rompió el torneo pasado la promesa de tomarse un año sabático, siendo que en el León querían retenerlo, y de buenas a primeras apareció muy campante en Coapa, queriendo emular los éxitos de sus antecesores Miguel Herrera y Antonio Mohamed como entrenador del América.

Dicen que desde entonces hubo pleito cantado entre Matosas y Grupo Pachuca, que incluso tuvo los pantalones bien puestos para rechazar una oferta que casi casi le pegaba a los 10 millones de dólares por Carlos Peña, además de que también se llegó a mencionar la posibilidad de que Luis Montes emigrara junto al "Gullit" por la módica cantidad de 20 melones, todo con tal de torcer a Matosas.

En 2006, el que aplicó una traición similar fue José Luis Trejo, quien después de hacer campeones a los Tuzos en el Clausura, y pese a la intención del club de mantenerlo en el banquillo, simplemente agarró sus maletitas y emprendió el viaje a Monterrey para dirigir a los Tigres por razones de mucho peso (y dólar también), aunque después le cayó una maldición tal que fracasó en cada equipo al que dirigió.

Ahora, Matosas apenas duró seis meses en el cargo luego de apostar por un club que para él era irrechazable, sin importar que se quemara con sus antiguos patrones, quienes hoy deben estar muertos... pero de la risa.

 
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