La oreja que cortó Joselito, calificada aquí en Madrid como una de las mejor cortadas en San Isidro, no sirve solamente para apuntalar aún más la carrera del determinado torero aguascalentense, no.
Le volvió a dar vida en esta Plaza de Las Ventas al toreo mexicano.
Y no porque los nuestros hayan estado mal, no, sino porque aquí solo están buscando pretextos para reclamar a la
empresa por qué da oportunidad "a tantos mexicanos si no triunfan".
Así de claro. Los que se quedaron fuera de la feria, los que solamente tuvieron una oportunidad e inclusive los que torean en ella, les duele que la empresa, o mejor dicho Manuel Martínez Erice, quien es realmente el que ha apostado por los mexicanos en Las Ventas, tengan sitio, como dicen por aquí.
A ellos no les importa que si hay un país que siempre tiene cobijo para los toreros españoles es México y que si de reciprocidad se trata aún nos deben mucho.
Esa oreja, con sabor a dos que consiguió Adame con una actuación seria, inteligente, llena de raza y de muchas cualidades taurinas que ha convencido a los profesionales y al público, ojalá tenga la repercusión que merece.
La del mexicano ha sido un triunfo del que todavía están hablando cuatro días después.
Aquí en España la cosa no anda bien, las ferias están cerradas, han reducido número de festejos y son las figuras las que, con cierta razón, acaparan todo.
Solo que esas figuras son las mismas que van a México y allá buscan torear con los más importantes, en ese caso está Adame a quien ojalá ellos le abran hueco en sus carteles, o cuando menos en las plazas donde toreen.
Eso sería ni siquiera lo merecido, sino lo justo.
Punto importante es que a dos de esas figuras las apodera la poderosa empresa Bailleres y otra, la de mayor peso como lo es "El Juli" mucho tiene que agradecerle a México.
A final de la temporada española, espero haya un justo balance con Adame y el toreo mexicano.
En nuestro País las cosas son diferentes, todos, dije todos, quieren contar con Joselito y para ello su apoderado ya está en pláticas
DE MÉRITO
Antes del triunfo de Joselito Adame hubo una actuación valerosa y de mucho mérito a cargo de Diego Silveti quien herido, aunque sin quejarse, se enfrentó a dos toros complicados, al viento y a la responsabilidad de no bajar el nivel que mostró en aquella faena de Aguascalientes que concluyó con un indulto a un toro de Fernando de la Mora.
Diego se puso serio, valiente como es y con esa personalidad que le permitió ser valorado por el público. Ahora es el cuerpo el que le pasa factura, la pierna le está respondiendo pero más lento de lo que debiera y es lógico, abierta, herida, se enfrentó toreramente a dos animales en Madrid.
Se dice fácil...
guillermo.leal@reforma.com
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