El gallo intocable
Dicen que un ingrediente fundamental para que un equipo de futbol alcance el éxito es la unión del grupo, que tiene que estar sustentada en un trato equitativo a todos los jugadores, que carguen al igual con todos los beneficios y todas las obligaciones.
Esta fue la premisa con la que Víctor Manuel Vucetich llegó a Gallos Blancos, consiguiendo que todos los
jugadores se cuadraran... bueno, todos excepto uno.
Ronaldinho entra al terreno de juego como todos los demás, escucha la charla técnica como todos los demás, se viste como todos los demás, pero, al momento del silbatazo final, agarra sus chivas y ahí rompe con el protocolo de todos los demás.
Apenas acaba el juego, Dinho pide que lo saquen del estadio por una puerta alterna a la que usan todos sus compañeros para evitar la zona mixta obligatoria y que lo moleste la prensa tras la jornada de trabajo.
Y como sale por otro lado, también aborda otro vehículo para irse de inmediato a su morada (o a agarrar la fiesta), mientras los demás jugadores se van directo al autobús y luego al hotel de concentración para recoger sus respectivos vehículos.
Un ejemplo de lo que les digo se vio en la tele en la ida de Cuartos ante Veracruz, cuando lo sacaron de cambio y pedía a los encargados del estadio que le abrieran el acceso a los vestidores para irse a bañar, mientras sus compañeros seguían jugando.
En la tierra de los Gallos comentan que así ha sido desde que llegó al futbol mexicano y que "Roni" es el único que ha decidido no modificar su conducta, con todo y el llamado del "Vuce" a una mayor unidad entre los jugadores.
Pero lo curioso es que, lejos de existir recelo o molestia de alguno de sus compañeros, resulta que a Ronaldinho lo quieren mucho en el grupo y le pasan todo. Total... es Ronaldinho.
¿Cómo no lo van a querer?
El hermano incómodo
Los movimientos en la directiva del Puebla, cuya presidencia fue tomada por Carlos López Domínguez en lugar de su tío Jesús López Chargoy, se dieron -según dicen los que saben allá en la Angelópolis- por designio superior de Carlos Hugo López Chargoy, dueño de Jaguares y quien realmente es el que pone la lana en La Franja, razón por la cual su carnal no tuvo ningún empacho en hacerse a un lado para que Carlos Hugo ungiera a su vástago con la responsabilidad suprema en el Puebla.
Por supuesto, no ha faltado quien le tire al joven López Domínguez, quien ya tenía el cargo de "presidente deportivo" del Puebla, pero dicen que lo vieron por los campos de entrenamiento en contadas ocasiones.
Ahora la obligación es mayor, pues aunque su tío lo dejó en Primera, el barco camotero está aún lleno de boquetes y hay chamba de sobra para evitar que se hunda.
san.cadilla@reforma.com