Ha concluido la fase clasificatoria del Clausura 2015 y desafortunadamente la plantilla arbitral ha dejado mucho que desear en muchos aspectos, no obstante la llegada de los nuevos instructores. Destaca la pésima unificación de procedimientos en la intercomunicación entre árbitros centrales y asistentes, que propició que se dejaran de sancionar varios penales, o bien, que se inventaran otros por
mala colocación al desplazarse en la cancha, por lo que influyeron en los marcadores y en el desarrollo de los partidos.
Además, el criterio para interpretar y aplicar las reglas ha sido muy precario, sobre todo al emplear las tarjetas, tal vez a sugerencia de los funcionarios y administrativos al solicitar arbitraje a la carta, en el que piden que fluya el juego.
Por otro lado, los susodichos instructores redujeron la plantilla al sólo usar a los internacionales y a Érick Yair Miranda, quien al sentirse seguro en cada jornada se propició nula competencia y superación dentro de ellos, por lo que ofrecieron arbitraje de buen nivel en muy contados juegos.