Los caminos a Berlín pasan por Roma

Homero Fernández
en CANCHA


Definidos los cruces de las Semifinales de la Champions se puede establecer una larga lista de puntos de contacto entre los protagonistas.

Por ejemplo, tres de los cuatro semifinalistas son de ciudades no capitales de países; solamente uno de los equipos utiliza uniforme sin rayas; el Barsa y el Bayern repiten el acto de la Champions de 2013-2014 y sus dos entrenadores, ex compañeros

culés, buscarán eliminarse. Pep Guardiola y Luis Enrique coinciden en ideas futbolísticas y hasta en un mal recuerdo profesional en Italia.

En el 2002, al segundo año de estar en el Brescia, el entonces mediocampista Guardiola registró dos exámenes antidoping positivos. Tres años después, cuando ya estaba jugando en Catar, un tribunal italiano lo condenó a siete meses de prisión y a pagar dos mil euros. Como no tenía antecedentes, libró la cárcel. Guardiola siempre argumentó que se trataba de un complejo vitamínico que usó durante cuatro años sin problemas, cuando jugaba en el Barsa. "Demostraré que tengo razón y soy inocente", alertó en su momento. Lo más que logró entonces fue una suspensión de cuatro meses y una multa por 50 mil euros. Sin embargo, en 2007, siendo ya entrenador del Barsa B, un tribunal de apelaciones de Brescia le exculpó.

El primer mal recuerdo de Italia que tuvo Luis Enrique fue en el Mundial del 94 cuando el defensa Mauro Tassotti le dio un codazo que le partió la nariz. El incidente se recordó por años en España en cada partido entre peninsulares. "Espero no volver a ser portada de ningún periódico con la ya conocida foto del 94. Empieza a ser un recurso que me cansa", reclamó en Twitter el asturiano.

El siguiente encontronazo, no tan espectacular pero no menos doloroso, lo sufrió cuando dirigió a la Roma, el otro club en el que había estado Guardiola. El asturiano venía de entrenar al Barsa B, adonde lo llevó el propio Pep. En su debut quedó eliminado de la Europa Ligue. El balance de la temporada 2011-12 no fue nada positivo, después de encadenar un récord de derrotas y quedar fuera de cualquier torneo europeo. Su idea futbolística había pasado por la suplencia de Francesco Totti. Un día el jugador llegó al entrenamiento con una playera que decía: "¡Basta!" Aunque fiel a su estilo el entrenador no cedió, pocas derrotas pasaron y el caudillo romano volvió a la titularidad, pero ya era tarde para Luis Enrique.

Sea quién sea el entrenador español que pase a la Final de la Champions sabe que en la banqueta de enfrente le estará esperando, como nuevo desafío itálico, la táctica de Carlo Ancelotti o la de Massimiliano Allegri.

Para Guardiola y Luis Enrique reescribir la historia de amor-odio con Italia será una motivación extra para buscar la victoria en el Olímpico de Berlín, el 6 de junio.

 
 
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