Lamentable
En serio que cada día me sorprenden más algunos pateabalones.
Recomendación: no quiero que le agarren idea a Joao Rojas, volante del Cruz Azul.
Pues el señorito se portó bajísimo con los niños del CRIT de Morelia.
Nomás imagínense, los chavitos no habían ni comido y todo por buscar una foto o autógrafo de sus ídolos, aunque esa etiqueta a
muchos les queda muy grande.
"Yo no salgo a firmar autógrafos a niños con discapacidad", dijo Rojas, según una de las mamás de los jovencitos que se quejó.
Otro que tampoco se portó como profesional fue Christian Giménez, pues no fue noble ni atento con los niños.
Todo esto ocurrió en la visita que hicieron los de La Máquina a Morelia para jugar el partido de la Jornada 14, contra los Monarcas.
No quiero pensar en la impotencia que sintieron los papás de esos niños que fueron rechazados por quienes deberían tener atenciones con quienes los hacen estrellas.
Aunque no todos son iguales, ya que el técnico Luis Fernando Tena fue quien más tiempo pasó con los niños.
Sólo les recuerdo que, como figuras públicas, los futbolistas representan mucho para gran parte sociedad.
Ahí les encargo.
Candil de la calle
Los que en serio quieren quedar bien con todo mundo son los directivos del Atlas, pero no se han dado cuenta de que a veces sus reconocimientos generan enojo en la afición que, de por sí, no está muy contenta en estos días, ¿verdad Tomás Boy?
Resulta que desde que el Grupo Salinas compró a los Zorros andan muy atentos para no pasar sin ser notados en ninguna parte y reconocen hasta a jugadores adversarios, al menos hasta el momento ha sido así.
¿A poco creen que los aficionados vieron con ojos de ternura y admiración el reconocimiento que le hicieron el sábado a Cuauhtémoc Blanco por su despedida del futbol profesional?
El rey de Tepito y ahora distinguido político (¿de qué se ríen?) es uno de los enemigos públicos de los seguidores rojinegros, quienes no tardaron en chistar en las redes sociales, pues cuando estaba Ricardo La Volpe en el banquillo se burlaba a carcajada abierta cuando les anotaba gol y hasta en una ocasión fue a acostarse justo en frente del "Bigotón", sin olvidar que alguna vez le dijo a Héctor López que lo arrastró como perro.
En más de una ocasión por poco y se arma la bronca por sus ocurrencias.
O también la placa que le entregaron al arquero Oswaldo Sánchez por sus 700 partidos en Primera División, cuando es bien sabido por todos que la afición no pueden ver ni en pintura al portero, aunque haya salido del Atlas, pues su afición a las Chivas siempre ha sido muy abierta.
Quiero suponer que ya están trabajando en hacerle un reconocimiento a alguien de la plantilla de los Zorros.
¿O qué pensará, por ejemplo, Juan Pablo Rodríguez?
Colmilludo
El que de plano se las sabe de todas todas es el catalán Marc Crosas.
Ayer, luego de que los Leones Negros desaprovecharon una oportunidad más (ya hasta perdí la cuenta) para alejarse de manera considerable del Puebla en ese tema escalofriante del descenso, llamó a sus compañeros e hizo que le aplaudieran a la afición.
El hecho no es irrelevante, pues a final de cuentas los aficionados, que siempre han sido benévolos con el conjunto universitario, terminaron por regresarles el aplauso.
El cometido del contención fue claro y tiene una razón de ser, ya que con cualquier detalle de esos puede de alguna manera maquillar el endeble desempeño que por momentos tienen los melenudos, para quedar en la misma sintonía con la afición en la recta final de la campaña.
El que sabe, sabe.
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