Salvación en familia
Bien dicen que cuando un equipo lucha por no descender, en la batalla no sólo está el club y su afición, sino también las familias de los futbolistas.
Eso me quedó claro en Veracruz, donde las esposas de varios jugadores ponen su granito de arena para sacar adelante el proyecto de los Tiburones Rojos.
Me enteré que las playeras que luce el equipo
cuando sale a calentar en el "Pirata" Fuente, que traen la imagen de un tiburón en el pecho y la frase "El Tibu no se va", las mandó a hacer la esposa de Édgar Andrade, Alejandra Sandoval, a quien se le ocurrió hacer estas camisetas que hoy son objeto del deseo de todos los aficionados jarochos.
Sólo espero que Alejandra la lleve bien con los Estudios Pixar, porque la imagen del tiburón de la playera es la de Bruce, el personaje de la peli "Buscando a Nemo", y no vaya a recibir por ahí un "jalón de aletas" por andar usándola sin permiso.
El relax atlista
Aprovechando la Fecha FIFA, los permisos se soltaron en el Atlas y resulta que en lugar de quedarse en casa a ver el partido del Tri ante Ecuador, Federico Vilar y Walter Kannemann mejor se fueron el sábado de antro en Guadalajara.
Afortunadamente para su imagen pública, los dos argentinos distaron de comportarse como tantos y tantos rojinegros que dan más de qué hablar tirando botellas que metiendo goles.
Además de no incurrir en exceso alguno, los atlistas anduvieron de muy buen humor incluso hasta entrada la madrugada, departiendo de manera amigable con los aficionados que se les acercaron.
Y aunque nunca será plausible que deportistas de alto rendimiento se peguen desveladas como la de Vilar y Kannemann, tampoco es ningún pecado y, a final de cuentas, ambos tendrán el mejor de los juicios el sábado próximo, cuando reciban a las Chivas en el Clásico Tapatío. Ahí sabremos si la fiesta fue una buena "inversión".
Auxiliar regañado
Vaya jalón de orejas se llevó el viernes pasado Jorge Miranda, entrenador de arqueros en Pumas, y todo por estar donde no le correspondía en el Estadio Olímpico Universitario.
El integrante del cuerpo técnico auriazul decidió ver el juego amistoso con el Zacatepec atrás de la portería que defendieron Alfredo Saldívar y Yosgart Gutiérrez, cada uno 45 minutos.
El que Miranda estuviera ahí y no sentado en la banca no fue del agrado de una de las árbitros asistentes, Lixy Esperanza Enríquez, quien no dudó "reprimirlo" al terminar el duelo.
Tras el silbatazo final la abanderada caminó al centro del campo para decirle a Miranda, quien ya avanzaba a la banca, que no se podía encontrar en esa zona "dando consejos a los arqueros".
El tono de Lixy fue tan serio que el entrenador puso cara de regañado, pero sólo por unos instantes, pues al quedar frente a frente, la solemnidad se acabó y ambos comenzaron a reir, dejando todo en una broma de amigos.
san.cadilla@reforma.com