Periodismo y camisetas

Roberto Gómez Junco
en CANCHA


Con la simple observación del trabajo periodístico dentro del futbol puede entenderse a la perfección cómo se ejerce en otros ámbitos.

La generalizada incapacidad para ver el futbol sin camiseta puesta puede ser más o menos entendida entre aficionados, pero es inaceptable, o debería serlo, entre periodistas futboleros.

Sin embargo, la mayoría de quienes aspiran a serlo no logran, al

realizar su labor, sustraerse a esa tentación de ponerse distintas camisetas: la de un equipo, o la de varios, o la de algún patrocinador, o la del dueño del medio en el que colaboran, o la de esa misma empresa; sin entender que su compromiso fundamental no está con ninguno de ellos.

Por desgracia, lo mismo sucede más allá del futbol, en donde tampoco abundan los verdaderos comunicadores al servicio de la gente; como Carmen Aristegui, por ejemplo, comprometida en serio con su labor y con principios y valores esenciales para el cabal ejercicio periodístico.

En este momento, por eso, o TodosSomosAristegui (en ambos sentidos, apreciando su ejemplo en lo que vale y solidarizándonos con ella ante sus actuales circunstancias), o como periodistas dentro y fuera del futbol servimos para muy poco.

En el apasionante mundo del balompié, decir lo que se ve y fundamentar lo que se dice sin que una camiseta obnubile o los distintos intereses contaminen la propia visión y maquillen los propios dichos.

Y en ámbitos más importantes, ejercer como periodista, en cualquiera de los géneros, la crítica valiente, inteligente, bien sustentada, comprometida, que en los momentos actuales inevitablemente deberá ser de permanente denuncia de los innumerables actos de corrupción y abusos de poder, de tantas casas blancas y trapacerías de todos los colores.

Dentro y fuera del futbol, saber con quién se adquiere el compromiso primordial y ponerse solamente la camiseta de los lectores, los radioescuchas o los televidentes que quieren entender un poquito mejor lo que tanto les gusta o mucho les afecta.

¿Y si cada quien se pone a cumplir lo más honestamente posible con el rol que le corresponde desempeñar?

Solamente así podremos aspirar a un mejor futbol y a un mejor país. Y sobre todo en el segundo caso... ya se está haciendo tarde.

 
gomezjunco@mural.com
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