San Cadilla
en CANCHA


Incómoda espera
 
Con eso de que a los equipos del futbol mexicano, sobre todo a los de la Ciudad de México, les da por comer en los aeropuertos antes de viajar a las sedes donde van a jugar sus partidos de visita, resulta que el fin de semana se les ocurrió a los Pumas y al Cruz Azul, a la misma hora, "invadir" dos de los principales restaurantes que hay en la Terminal 2 del

Aeropuerto del DF y acaparar casi todas las mesas con grupos de 25 personas o más.

Pues me comentan que varios clientes que intentaron entrar a estos establecimientos tuvieron que hacer fila al ver que adentro estaba lleno de futbolistas y no había mesas disponibles, y entre los que tuvieron que anotarse y esperar estuvo ni más ni menos que el presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, quien hizo una mueca cuando llegó, quiso entrar a uno de los restaurantes y los jugadores de La Máquina tenían ya ocupado el lugar.

Madero tuvo que aguantar un rato y al ser reconocido por la gente que pasaba por ahí, hasta posó para fotos con varias personas. De pronto avisaron que se desocupaba una mesa para dos, la cual le tocaba a un par de jóvenes anotados antes del panista, pero al ver que se trataba de alguien conocido le cedieron su lugar, lo que al principio el político no quería pero finalmente aceptó y se fue a sentar entre las mesas llenas de cruzazulinos, eso sí, después de aventarse más de 20 minutos de espera.

 
 
Como todo un grande
 
A veces la experiencia puede evitar grandes complicaciones, sobre todo cuando de manejar el temperamento se trata y así le pasó a las Chivas al final del partido contra Puebla, cuando uno de sus jugadores más veteranos evitó que se desatara un conato de bronca por culpa de ciertos jugadores camoteros que quedaron muy calientes por la derrota.

Resulta que ya desde que Chivas metió su segundo gol, el lateral de La Franja, Óscar Rojas, le fue a echar pleito al portero Luis Michel por la forma en que festejó, incluso le hizo cortes de manga y le gritoneó varios recordatorios familiares. Pues apenas silbó el árbitro y ya el "Kevin" y otros poblanos quisieron ver a quién se llevaban entre las patas y eligieron a Marco Fabián, quien se empezó a calentar y ya estaba listo para lanzar sus primeros manotazos.

Pero en eso apareció en escena Carlos Salcido, agarró a Marco del brazo y se lo llevó corriendo hacia el vestidor, mientras los del Puebla se quedaron esperando pelea. Salcido no soltó a Fabián hasta que entraron al camerino, eso sí, les llovió de todo cuando tuvieron que pasar cerca de la tribuna, pero otra vez Carlos le dijo a Fabián que no les contestara ni viera a la gente y Marquito le obedeció.

Así que a punto de la bronca, Salcido hizo que sus compañeros ni siquiera pelaran a los del Puebla, lo que los dejó más llenos de coraje.

 
san.cadilla@reforma.com