Hasta los designadores de árbitros devalúan o menoscaban el torneo de Copa, ya que para los Cuartos de Final usan a ocho silbantes que prácticamente tienen nula actividad en la Liga MX.
Eduardo Galván, quien condujo Puebla-Mérida, sólo tiene un partido en el Clausura 2015, pero arbitró cinco en esta Copa. Miguel Ángel Ayala, quien llevó Querétaro-Chivas, también sólo tiene un juego en la
Máxima División y pitó cuatro en la Copa. Roberto Ríos, quien detuvo el Monterrey-Correcaminos por lluvia, sólo ha actuado en dos ocasiones.
Por cierto, en Monarcas-Jaguares hizo un pésimo trabajo, pero lo premiaron con este juego de Copa y cierran con Miguel Ángel Ayala, quien conducirá hoy Tijuana-Jaguares, que también tiene sólo un juego en la Liga y tres en la Copa.
Concluyen usando el resto de los silbantes con pocas actuaciones poniéndolos de cuartos oficiales en esta instancia.
León Barajas sólo actuó un juego de Copa por estar lesionado, Víctor Bisguerra y Miguel Ángel Flores, ambos con un juego en la Liga, pero con tres y dos en la Copa, respectivamente y a Ricardo Arellano, quien el sábado pasado, en Cruz Azul-Atlas, se le metió un sustituto sin entregarle la tarjeta de cambio lo premian o le dan esta designación para que aprenda, poniéndolo de cuarto en Tijuana-Jaguares.
Con lo descrito, surgen preguntas.
¿Para los silbantes mencionados lo más importante es la cuestión económica? Porque sólo así entendemos su conformismo, sumisión, poca dignidad y poco espíritu de superación o su miserable actitud.
Además, ¿Quién hizo estas designaciones?, pues estos silbantes en el torneo pasado eran los consentidos del presidente de la Comisión y del encargado del área técnica.
O bien ¿Qué parámetros usan para calificarlos? Cambiaron las personas más no las formas, pobres árbitros.
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