"Golf es un juego no-violento, que se juega con mucha violencia interior".
Bob Toski, Instructor de golf
Tuve el privilegio de jugar una ronda de golf con Carlos Ortiz la semana pasada en el Guadalajara Country Club, y digo privilegio porque a partir de ingresar al profesionalismo él hizo residencia en Dallas, Texas.
En pocas palabras les digo que estoy
increíblemente impresionado de su capacidad, habilidad, y frescura. Para que mi amable foursome de lectores entienda mi reacción, voy a narrar algunos de los hoyos de esa casual ronda.
Hoyo 1, par 5 de 476 yardas, pegó driver por arriba de los árboles, segundo golpe usó el pitching wedge para 145 yardas, desde 4 metros hizo dos putts para primer birdie. Hoyo 2, par 4 de 329 yardas, driver de aire al centro de green a 6 metros de la bandera, dos putts para segundo birdie. Del 3 al 8 fueron pares con oportunidad de birdie en cuatro.
Hoyo 9, par 5 de 530 yardas, driver fuerte de 330 yardas, con seis de fierro desde las 200 se voló en green de aire a una trampa, sacó el birdie con un putt de metro y medio.
Hoyo 10, par 4 de 356 yardas, driver al green, dos putts desde 7 metros para el tercer birdie. Hoyo 12, par 5 de 566 yardas, driver de 370 yardas, siete de fierro de segundo golpe a medio metro del hoyo, águila.
Del 13 al 15, pares fáciles. Birdie al 16 después de otra bomba de driver 350 yardas y un sand wedge a un metro del hoyo. Par al 17.
En el 18, par 5 de 520 yardas, dijo que a ese driver "si le voy a soltar" y efectivamente le dio 370 yardas, pero el hoyo está en subida, pegó nueve de fierro a unos 6 metros, hizo dos putts para otro birdie y un score total de 8 debajo de la forma más sencilla que jamás haya visto a alguien en nuestro campo. Sí ha habido rondas más bajas, pero Carlos no embocó ni un sólo putt de más de metro y medio; se subió de dos golpes a tres par 5 y a dos par 4 en el primer golpe.
Jugué en el PGA Tour y en las principales giras del mundo, puedo decir que algo conozco de la competencia de alto nivel y lo que se requiere para ser protagonista.
Carlos es el prototipo del jugador moderno, posee esa potencia que parecería imposible lograr con un cuerpo delgado; su actitud para enfrentar los retos es exacta y va ganando experiencia al ir conociendo los campos. La confianza a su habilidad es gigante y no le intimida nadie, entre sus amistades están jugadores de gran talla como Jordan Speith y Sergio García. Está consiente en que no todas las semanas serán buenas y no le incomoda, pero sabe que "si hago mi propio juego, sin presionarlo a querer hacer más, puedo...".
Ahora no tengo duda en mi pronóstico, si no pasa algo raro este año gana un torneo.
El score no fue todo lo bueno de la convivencia, sino también ver esa frescura con que está tomando el momento y la tranquilidad con la que compartió su experiencia e inclusive con niños que se le acercaron.
Hasta el próximo green.
rafaelalarcongolf@gmail.com
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