Viejas heridas
A colación del regreso de Marco Antonio Palacios al Olímpico Universitario, les quiero contar la triste historia de cómo el "Pikolín" se enteró de que ya no entraba en planes de Pumas.
Me dijeron por ahí que cuando se estaba planeando el Clausura 2015, a la directiva auriazul le fue encomendada la misión de informar al veterano que ya no era requerido,
y tomaron la decisión de hacerlo de una manera muy cómoda... al menos para ellos.
En un día de diciembre, el zaguero recibió una llamada telefónica en la que un directivo le informaba que hasta ahí llegaba su relación con el equipo de la UNAM, noticia que dejó helado al "Piko".
Posteriormente vino el enojo, la tristeza y finalmente la resignación de dejar a un club en el que militó por unos 10 años, y que ni siquiera pudo darle la noticia de frente.
El resto de la historia ya la sabemos, Monarcas le abrió las puertas y tres meses después de aquella llamada pisó el cubil felino para enfrentar a sus ex.
Un "Travieso" en la Frontera
Daniel Guzmán se va adaptando poco a poco a su nueva vida en Tijuana.
Al "Travieso" le ha gustado la ciudad y, siete meses después de llegar, por fin se lanzó a renovar su licencia de conducir para andar de aquí para allá sin problemas e incluso pasarse a Estados Unidos para irse de "shopping".
Guzmán traía ese pendiente prácticamente desde que aterrizó en ese lugar, pero quería echar a andar primero a los Xolos, lo que consiguió para este torneo, en el que los tiene como líderes con 20 puntos.
Además, el timonel del conjunto fronterizo se ha sabido ganar el cariño de los aficionados, a los que atiende sin ponerse el más mínimo moño cuando lo reconocen en la calle.
Así se hace
Los policías de Querétaro se han puesto muy gallos contra la reventa.
A diferencia de lo que ocurre en otros estadios, en donde los uniformados han doblado las manos ante la dificultad de agarrar a los revendedores con las manos en la masa, en los alrededores de La Corregidora esa situación no les ha impedido al menos intentar hacer su trabajo.
Previo al duelo entre Gallos y Chivas, los uniformados parecían la sombra de los revendedores y, aunque no pudieron decomisarles boletos y llevarlos al juzgado cívico para que se les levantara una falta administrativa, intentaron persuadir a los sujetos de que no realizar dicha actividad, y los incomodaron tanto que llegó a ser difícil escuchar los tan conocidos "¿le sobran?, ¿le faltan?".
Los policías se apuntaron una estrellita y sin necesidad de intimidar a nadie, a diferencia de lo que ocurrió hace cuatro años cuando estuvieron en el ojo del huracán por portar pistolas de gotcha para hacerse respetar.
san.cadilla@reforma.com