Redenciones y dramas

Francisco Javier González
en CANCHA


Los Leones Negros se hunden en la profundidad de la tabla de cocientes y amenazan irse sin tocar aro a la División de Ascenso.

Lo que está ocurriendo en el torneo es atípico: sus tres rivales directos por la supervivencia están en posiciones de privilegio. Tanto el Veracruz como las Chivas y el Puebla estarían clasificados para la Liguilla si el torneo terminara hoy.

De sus últimos

seis partidos, la UdeG ha perdido cinco y empatado uno. Sólo una vez en el torneo supo lo que era ganar y eso sucedió en la primera fecha, contra el Monterrey. La apuesta ecuatoriana no ha tenido los resultados esperados: sus veloces jugadores suelen cometer chambonadas a la hora de definir y a veces también cuando defienden. La calidad, además de los errores arbitrales que claramente ha sufrido en algunos de sus partidos, no están lejos de dictar sentencia.

Para los otros tres equipos, que suman con frecuencia, la de los Leones es una muy agradable noticia. Sin embargo, no deben pensar que la distancia que hoy tienen es definitiva. En primer lugar porque falta más de medio torneo y las cosas pueden revertirse, y en segundo porque para el año entrante podrían estar en las mismas. Su herencia negativa es de varios torneos y no es fácil quitarse de encima los adeudos.

El Veracruz, que estaba amenazado por los diferentes criterios de sus directivos y la confusión que producía un cuerpo técnico multitudinario, encontró el tono perfecto.

El Tiburón es agresivo, le gusta atacar a la presa, no para de correr y posee elementos de muy buena calidad que en algunos casos están renaciendo. Destacan Villalba y Furch, Peñalba es un enorme mediocampista y Melitón -al que le perdonaron la vida- ofrece gran seguridad en el arco.

Pero lo que ha logrado Carlos Reinoso es un equipo parejo que difícilmente hace cambios. Tiene un cuadro titular muy bien definido y sabe conquistar la puerta porque tiene calidad.

Una plaza tan castigada por los resultados de los últimos años merece un equipo ganador y de momento lo tiene.

El Guadalajara fue otra buena noticia del fin de semana porque supo reaccionar cuando perdía para darle la vuelta al marcador en uno de esos partidos que suman en lo anímico más que los tres puntos en lo aritmético.

Derrotó al Cruz Azul porque se le fue encima, porque los cambios enviados desde la banca tenían esa intención y porque la inspiración llegó a Marco Fabián, autor de un golazo decisivo.

El América ganó un partido que, como el del Azul, le confiere autoridad al que lo logra.

Con dos cambios más en la lista de técnicos por las salidas de Alfredo Tena y Nacho Ambriz -asistentes de Javier Aguirre en distintos momentos-, los nervios están de punta. Y lo que falta.

 
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