Mientras el Querétaro saltó a la cancha con la presión que significa jugar cada 90 minutos por su permanencia en el máximo circuito, el Monterrey con Mohamed en el banquillo trajo de vuelta la esperanza a sus seguidores.
Un estadio lleno de expectativas fue el testigo ideal para ver cómo la vieja frase "equipo que estrena técnico gana" se convirtió en una grata realidad.
Para los
que esperaban ver algo nuevo en tan poco tiempo de trabajo bajo el mando del "Turco", creo que dejaron el Estadio Tecnológico satisfechos; ganaron después de más de un mes de no hacerlo y anotaron dos goles, cuando en seis jornadas habían anotado sólo tres.
En general la actitud fue otra, pero como era de esperarse, sólo por momentos esa mejor actitud se reflejó en el funcionamiento colectivo.
Individualmente vimos al Pabon de antes, que se mueve, genera, abre espacios y preocupa a la defensiva rival, y también el que a veces exagera en disparar al arco de donde sea, desperdiciando buenas oportunidades para acercarse al arco rival con pelota trabajada.
Algo que no cambió para nada fue el desempeño de Neri Cardozo y la tardanza de su técnico en sacarlo de la cancha.
Recuerdo que hace poco Mohamed lo quiso en el América, no sería bueno que esa gran impresión que Tony tiene por Neri lo ciegue, como un día le pasó con Carlos Barra, que tuvo a Cardozo de titular por mucho tiempo sin merecerlo.
Colectivamente sería demasiado pedir que mostraran algo muy distinto de lo ya conocíamos, volvieron los pelotazos a Pabon, algunos titubeos defensivos y cierta dificultad para generar futbol en la media cancha, nada nuevo.
Por momentos, basados en destellos individuales, se mostraban peligrosos, pero por un gran lapso del encuentro el Monterrey fue totalmente dominado por el Querétaro, y al silbatazo final me quedé con la impresión de que el equipo de "Nacho" Ambriz no merecía perder, el empate hubiese sido un marcador más justo.
Qué bueno para los Rayados y para Mohamed que en el futbol no siempre hay justicia.
Ayer el "Turco" arrancó su nueva aventura como técnico y siempre será más fácil convencer e implementar nuevas ideas cuando se trabaja cobijado por las victorias.
¿UNA MALA NOCHE?
Los Tigres, que jugando como locales batallaban enormemente, lograron en tres ocasiones consecutivas, una de ellas en la Copa Libertadores, alegrar a sus seguidores con tres victorias.
Pero ayer como visitantes, donde normalmente se veían mejor que como locales, se vieron muy mal, principalmente en el primer tiempo, y su mejoría en la segunda mitad no fue suficiente para evitar la derrota.
De pronto me pregunté: ¿los últimos tres rivales no fueron buenos parámetros o sólo fue una mala noche?
Twitter: @krek9
careca@elnorte.com