Uno de los grandes históricos del futbol argentino, el River Plate viajó a Bolivia, a la altura de Oruro (unos 3 mil 735 metros sobre el nivel del mar), con la ilusión de sacar un buen resultado contra el San José en su debut por la Copa Libertadores de América. Junto con la buena técnica y las ilusiones correspondientes llevaban en sus maletas una buena provisión de Viagra.
Su equipo
médico, al igual que el de otros clubes sudamericanos antes, apostaban por el medicamento originalmente concebido para la disfunción eréctil, como un recurso para combatir los efectos que la altura tiene sobre los jugadores. La baja presión atmosférica incide sobre el sistema nervioso, los músculos, el corazón y los pulmones, ocasionando mareos, fatiga y reacciones tardías.
Si bien hasta ahora no hay pruebas definitivas de si el Viagra juega a favor, en 2005 el Departamento de Fisiología de la Universidad de Barcelona hizo un experimento al respecto. Reunió a un grupo de voluntarios y a la mitad le proporcionó la píldora azul y lo expuso a condiciones de 5 mil metros de altitud y tuvieron un mejor desempeño que quienes no lo habían ingerido. Los efectos sobre la llamada hipertensión pulmonar, la falta de oxígeno, disminuían un 15 por ciento en descanso y un 13 por ciento en actividad.
Durante el Giro de Italia 2007, al ciclista italiano Andrea Moletta le encontraron 82 pastillas azules en sus pertenencias y lo expulsaron.
El uso de la píldora instaló en su momento una discusión a nivel de la NFL donde algunos jugadores acusaron a sus rivales de tomarla para sacar ventaja. La Agencia Mundial Antidopaje, a través del director científico descartó que a nivel del mar ayude mucho, o que sirviera para ocultar los esteroides. Sí confirmó que por ser un vaso dilatador ayuda a una mejor oxigenación en casos como los deportes de altura.
Pese a no estar dentro de las sustancias prohibidas en el futbol, existe un seguimiento continuo pues es cada vez más común identificarlo en los exámenes de orina de los deportistas.
El chileno Rodrigo Figueroa, ex preparador físico del Blooming de Santa Cruz, Bolivia, admitió haberles proporcionado a sus jugadores, en 2007-2008, un jugo energético conteniendo el sildenafil, el principio activo del Viagra. Sin embargo, un análisis estadístico de los resultados obtenidos por ese equipo en la altura, no fundamentan el uso de la pócima mágica: de los 17 partidos que jugó en la altura sólo gano uno, empató cuatro y entre las derrotas cosechó un 7-0.
Mientras el mundo científico del deporte discute la pertinencia del tratamiento, el River regresó a Buenos Aires. El Viagra no alcanzó, al menos para la victoria. Le clavaron dos goles en los últimos 10 minutos. ¿Qué habrán hecho con tanta dilatación? Ése, fue otro partido que no vimos.
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