Como se han producido varios errores de los de negro en "partidos por la permanencia", el arbitraje vuelve a ser el tema.
Para sumarse a los anteriores, en la Jornada 4 uno de esos claros errores favoreció al Guadalajara y otro perjudicó al Veracruz; por no hablar de los tres flagrantemente cometidos en contra de los Jaguares, por completo a salvo de cualquier problema de posible
descenso.
Además de la evidente incapacidad de algunos silbantes para realizar su labor como se debe, entre otras cosas el problema adquiere mayor notoriedad porque los afectados se indignan con esos errores arbitrales... obviamente sólo cuando los perjudican.
Nadie dice algo así como "ahora los errores arbitrales nos perjudicaron cuando en otras ocasiones nos habían favorecido". Y a muchos se les olvida, también, distinguir y aquilatar el futbol que cada equipo jugó al margen de los errores que el árbitro cometió.
Para muchos, por lo visto, pierde importancia que el Guadalajara haya sido mejor que el Pachuca, mejor que la UdeG cuando la enfrentó, o mucho mejor que los Pumas cuando los venció. Lo "importante" vienen siendo los errores del árbitro, incluso aunque en los casos de los partidos ante Pumas y Leones hayan sido algunos a favor y otros en contra de las Chivas.
Por desgracia, para bien o para mal el rol protagónico termina por otorgárseles a los árbitros, aunque para ello sea necesario soslayar los aciertos y desaciertos de los verdaderos protagonistas de este juego: los futbolistas.
Es decir, que tanto se habla en estos momentos de los evidentes errores arbitrales, que se nos olvida remitirnos a lo esencial, al futbol que cada equipo juega, al juego que cada cual despliega.
Que lo jueguen como se debe sobre todo los cuatro equipos inmersos en esa lucha por la permanencia en Primera División, y que después de jugarlo bien entonces sí le pongan la debida atención a los errores arbitrales que los perjudican, siempre y cuando no hagan como que no ven los que los favorecen.
Jugar primero para reclamar después, y no caer en injusticias al sustentar las reclamaciones y quejarse por esos errores. No hay que ser.
@rgomezjunco
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