Según parece, continúa Alan Pulido perdiendo con los Tigres un pleito que de antemano se veía perdido.
Ni con la FIFA, ni con el TAS y obviamente tampoco en la FMF, ha logrado el atacante mexicano defender y justificar como él quisiera lo que en realidad se antoja injustificado e indefendible.
Un jugador mal asesorado y aparentemente desubicado, quizá porque fue encumbrado antes de
tiempo y llamado a la Selección Mexicana para ir a una Copa del Mundo cuando no tenía nivel suficiente.
Entre esa desubicación y la mala asesoría, por lo visto el futbolista no supo medir las consecuencias de la postura asumida.
El caso es que después de nueve meses de inactividad sigue Pulido sin jugar en la cancha por no saber desenvolverse afuera.
Ciertamente, en nuestro futbol los dirigentes han hecho y deshecho desde siempre a su antojo, capitalizando a plenitud la ingenuidad y la falta de solidaridad de los futbolistas, incapaces de funcionar como gremio.
Como una prueba más de ello, quedó la obligación de los seleccionados de arreglar contratos con sus respectivos equipos para así poder asistir a la Copa del Mundo de Brasil 2014.
Pero si por lo general así de fácil son impunemente pisoteados por los de pantalón largo, no les ayudan a los jugadores casos como el de Pulido, evidentemente equivocado no sólo en el fondo sino también en las formas de pretender hacer valer su reclamo.
Solamente con reclamos más razonables o mejor sustentados, y con la indispensable dosis de conciencia gremial, podrán los futbolistas mexicanos aspirar a defender como se debe sus pisoteados derechos.
Que primero sepan qué luchas entablar, y después las entablen con más inteligencia y un poquito de solidaridad, para así sustentar debidamente esas luchas.
¿Será mucho pedir?
gomezjunco@reforma.com
@rgomezjunco