Aprovechados
Ojalá que el delantero Patricio Rubio le traiga buenos dividendos al Querétaro, porque vaya que aflojaron la cartera para traerlo.
Me enteré por ahí que los Gallos Blancos soltaron más lana de lo que valía realmente el chileno, luego de que se quedaron sin su atacante estrella, Camilo Sanvezzo.
Si bien Rubio cerró el torneo pasado a tambor
batiente con la Universidad de Chile, me contaron que este futbolista no valía más de 3 millones de dólares, pero la U se avivó y cobró los 5 millones estipulados en su cláusula de rescisión.
Y es que el club ya tiene fama de adinerado, y cómo no si el torneo pasado trajo a Ronaldinho... y hasta le dio más de un mes de vacaciones.
Niña mala
No sólo en México se cuecen habas.
Para que vean que en todos los ámbitos hay gente de mecha corta les cuento que la portera de la Selección de Estados Unidos, Hope Solo, está metida en serios problemas, pues está suspendida por la Federación luego de que su esposo fuera detenido en estado de ebriedad, con ella a su lado, también con unas copas de más.
Hace unos meses también estuvo en el ojo del huracán por haber llegado a las manos en una riña familiar y me cuentan algunas jugadoras a las que les ha tocado enfrentarla, que la Hope es bastante grosera y siempre trata de hacer menos a los que encuentra en su camino.
Dicen que tiene un carácter muy voluble y como ahora están aflorando todos sus problemas extracancha -incluidas las fotos extraídas de su celular en las que sale semidesnuda- está en tres y dos para ir al Mundial de Canadá.
Mudanzas
El que se dio una vuelta entre el 17 y 19 de enero por la Ciudad de México fue Aníbal Zurdo, quien vino a recoger sus cosas, que resultaron muchas para apenas un semestre en Cruz Azul: traía una camioneta retacada de todo lo que acumuló.
El lunes 19, me encontré al ahora delantero del Sabadell en el hotel de concentración de los Cementeros, al que no acudió para saludar o despedirse, si no para recoger sus zapatos.
Los utileros de La Máquina le dejaron sus botines con los botones del hotel, en una bolsa de esas para la basura, con una etiqueta con su nombre.
El atacante rompió sin miramientos el costal para checar que estuviera su calzado, y en cuanto se cercioró, lo subió como pudo a su automóvil y se arrancó hacia el Aeropuerto.
san.cadilla@reforma.com