Sótano emocionante

Francisco Javier González
en CANCHA


Con sus 22 goles y el triple cero a cero de la jornada, la tercera semana de competencia estaba careciendo de un partido de tú a tú y llegada alterna de ambos contendientes hasta que llegó el juego del morbo.

Sabemos que la UdeG paga esa dura reglamentación que recibe con las uñas afiladas al equipo que asciende. No ha tomado su lugar en la silla del Máximo Circuito y lo volátil de su

cociente -¿por qué rayos se obstinan en llamarlo porcentaje?- le hace caminar al filo de la cornisa desde el primer día.

También encontramos que las Chivas, luchando contra su paupérrimo pasado reciente, tiene el agua a la altura del cuello y cualquier pequeña ola que se aparezca amenaza con ahogarlas.

Entre retos sobre la propiedad del Estadio Jalisco -Chivas tiene el 30 por ciento de las acciones y UdeG el 20-, necesidades compartidas y un inmueble lleno hasta la última fila, resulta que Leones y rojiblancos entregaron el mejor partido del fin de semana.

Chivas, que como todo equipo mexicano sufre cuando tiene elementos veloces enfrente, enderezó el resultado a menos de 10 minutos del final gracias a la intervención de tres reivindicados: Brizuela, que crece partido a partido con su nuevo uniforme; De Nigris, autor de un gol en la Copa a media semana, y Omar Bravo, quien volvió a marcar un gol decisivo, igual que el logrado contra Pumas el pasado fin de semana.

Guadalajara ejerció, particularmente en el segundo tiempo, una fuerte presión desde la salida de los universitarios. Fue agradable durante varios lapsos, aunque en otros la presión de lo que está peleando hacía sus efectos.

UdeG es, por su parte, un equipo convencido de lo que se está jugando. Juega con los dientes apretados, no regala un solo balón y posee una aportación morena que le hace volar a ratos, aunque con las inconsistencias del caso.

Un partido de esta naturaleza suele ser cerrado, lleno de faltas, poco emocionante y sombrío. El del Jalisco, con una natural mayoría de aficionados chivas que tendrán su descuento para ver a su equipo recibiendo al Pachuca, fue diferente.

Cuando se arrastran facturas durante tanto tiempo para definir quién pierde la categoría, no importa tanto lo que suceda en los últimos partidos; la cuenta es larga.

Sin embargo, y pese a las deficiencias propias de equipos sotaneros, UdeG y Chivas parecían pelear con gran determinación un pase a la Liguilla.

Faltan 14 partidos para saber el desenlace del drama del descenso. Pero por lo pronto, Chivas y Leones agradaron.

En sus circunstancias, dan motivo para por lo menos agradecerles.

 
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