Amables aficionados: una de las consecuencias del paso de los años es que ya no se cree uno tan fácilmente los supuestos hechos que aparecen en los medios, aplicando una dosis de duda razonable a prácticamente todo.
El caso de los balones aparentemente desinflados es una más de las historias que parecieran tener una mano negra detrás de ellas.
Éste es el cuento, hasta el momento,
que quieren que nos traguemos.
Los 12 balones de cada equipo salieron del vestidor de los oficiales correctamente inflados cinco minutos antes del partido. Al medio tiempo se revisaron y a 11 balones de los Patriotas les faltaban dos libras de presión, y, al final del partido, los 24 estaban a la presión correcta.
Los balones estuvieron a la vista de todos desde el inicio, por lo que esto involucraría que alguien, ante la vista de los aficionados, camarógrafos, fotógrafos, reporteros y miles de cámaras en todos lados, desinflara los balones en el primer medio y los volviera a inflar al terminar el juego, aun sabiendo de la revisión al medio tiempo.
Entra en escena Hércules Poirot, detective de los relatos de Agatha Christie, y pregunta: si los oficiales detectaron al medio tiempo balones desinflados, ¿por qué no lo denunciaron de inmediato?
¿Por qué callaron y dejaron que el partido continuara como si nada, si tienen comunicación directa con la Liga en Nueva York?
¿Por qué ésta inició la investigación basada en una supuesta denuncia de D'Qwell Jackson, quien ahora dice que él no notó nada y sólo quería quedarse con el balón interceptado a Brady para su colección particular?
Y, si todos los balones terminaron el encuentro correctamente inflados, ¿qué pruebas existen para acusar?
Y, si además se violó el principio penal estadounidense llamado "cadena de custodia", el cual indica que, para que una prueba acusatoria sea aceptada, se debe tener un récord exacto de cómo, quién, donde, cuándo y por quién fue obtenida esa prueba, ¿quién se atrevería a decir que se cumplió con este requisito vital?
Hay algo fuera de lugar cuando las tres cadenas estadounidenses, ciegas al descompuesto mundo en que vivimos, tuvieron como su nota principal del jueves este asunto.
Y si aplicamos el otro principio de "cui bono", ¿a quién beneficia esto? Pues yo diría que, presionando y distrayendo a los Patriotas en los días clave cuando se instala el plan de juego y estrategias, definitivamente a Seattle.
Por cierto, no olvidemos que pronto llegará la coneja de pascua a poner huevos de colores.
Por ahora, hacemos una pausa..
fvrossum@reforma.com