Mucha exigencia
Ricardo Peláez no tiene ni un pelo de tonto. Mucho seguidores del América se le fueron a la yugular en días pasados porque no se organizó un partido de despedida para Cuauhtémoc Blanco, pero lo cierto es que la directiva azulcrema siempre estuvo dispuesta a despedirlo en plan grande en el Estadio Azteca, sólo que la exigencia del veterano jugador fue que lo
registraran y le pagaran como la estrella que siente que es, es decir como si todavía estuviera al 100 por ciento.
En aquel tiempo, la exigencia era sacar a las Águilas de los últimos lugares, por eso no accedieron al capricho de Blanco y su voraz representante que no quería renunciar a una jugosa comisión.
El "Temo", como era obvio, les agarró tirria y desde entonces declaró a los directivos de las Águilas sus enemigos, y desde entonces no perdió oportunidad de darles hasta con la cazuela.
Pero luego de ver ayer que se lanzó con todo a la política, en busca de la presidencia municipal de Cuernavaca y de saber que en cada equipo que estuvo siempre les hizo ver su suerte, con decenas de permisos especiales y otras extravagancias, creo que al final el tiempo le dio la razón a Peláez. Si no, pregúntele al dueño del Puebla, Jesús López Chargoy, a ver cómo se siente en estos momentos.
Les bajan el switch
Al Estadio Luis "Pirata" de la Fuente le cortaron la luz por "exceso de pago" y el dueño del Veracruz, Fidel Kuri Grajales, sin más ni más dijo que va a pagar el adeudo... aunque según él no fue en su administración.
El dirigente expresó que el Comité Organizador de los Juegos Centroamericanos fue el que incumplió el pago, pero ya me contaron que la cosa no va por ahí, porque la compañía encargada del evento deportivo llevó su planta de luz, la cual también utilizaron para algunos partidos que se realizaron ahí.
Por lo pronto, para el encuentro de esta noche van a echar mano de otra planta de luz. A lo mejor están esperando la derrama por el duelo contra Cruz Azul para comenzar a cubrir sus adeudos.
¿Sí, pero no?
Allá en Torreón la cosa está que arde, y no me refiero precisamente al clima.
Las dos derrotas en la Liga MX y el penoso empate en la Copa le han causado indigestión a más de uno y ya hay cierta tensión al interior del plantel de Santos.
En toda esta situación la lupa apunta al técnico Pedro Caixinha, quien apostó por una renovación pese a que se quedó sin el liderazgo que le aportaban Oswaldo Sánchez, Juan Pablo Rodríguez y Darwin Quintero, aunque este último fue quien quiso salir.
Lo incongruente del asunto es que mientras el técnico portugués arriesgó por sangre joven en el club, tenga a un portero como Julio González (de 23 años) en la banca y para esa posición haya traído a su tercer refuerzo procedente del Lanús, el argentino Agustín Marchesín, de casi 27 años.
Caixinha rechazó tres ofertas con tal de permanecer en Santos, en espera de que le tengan esa paciencia que para muchísimos técnicos en el futbol mexicano se ha quedado sólo en el discurso cuando los resultados son negativos.
san.cadilla@reforma.com