Trajes atrasados
Resulta que los sastres de la marca encargada de vestir al América no se han apurado con la confección de los trajes de Gustavo Matosas, por ello el técnico de las Águilas tuvo que echar mano de uno de su guardarropa personal para asistir el viernes anterior al partido contra Xolos en la Ciudad de Tijuana.
Aunque bien pudo cruzarse la frontera para comprarse
un 'tacuche' nuevo en San Diego, el técnico azulcrema optó por sacar uno del clóset para aparecer como siempre: muy elegante, con pantalones ajustados y saco entalladito.
Algún mal pensado me comentó que quizá sería una cábala y que había preferido guardar el casimir que uso en su debut en el Estadio Azteca la semana anterior, pero nada que ver, al contrario, Matosas aclaró que al menos en la vestimenta no tiene ese tipo de creencias, muy propias de los sudamericanos.
Lo que sí es que al timonel de las Águilas odia repetir traje de un juego a otro, por ello es que no usó el modelito del escudo americanista que lució en el partido que le ganó al León; por lo que más les vale a los señores sastres que surten al campeón que le metan duro a la máquina de coser para que su técnico tenga al menos dos trajecitos que pueda ir campechaneando. Lo que sí, no esperen jamás que se aparezca a un juego con agujetas amarillas, eso no se le da.
Con todo y jefe
La bronca que protagonizó La Sangre Azul el sábado afuera del Estadio Azul seguro no dejó de buenas al titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Hiram Almeida.
No es que el recién designado Secretario Capitalino, quien apenas en diciembre rindió protesta en el cargo, tenga algún familiar en la principal barra de Cruz Azul, sino porque se aventó el numerito de "supervisar personalmente" el operativo de seguridad en el inmueble, y sí hubo violencia.
Escena particularmente graciosa fue ver a Almeida pasar enfrente de los accesos siete y ocho del estadio, por donde ingresa este grupo de animación, pero sobre todo, a una calle de la esquina de Indiana y San Antonio, donde media hora antes estos barristas riñeron de lo lindo.
Un pleito en el que resultaron heridos dos aficionados y un policía, pero que casi casi nadie recordó cuando el Secretario Capitalino rodeó el Azul acompañado de sus principales mandos y de personal del inmueble.
Sólo que aunque haya posado para las fotos en las inmediaciones del estadio, y en tribunas ir y venir por todos los rincones, con la venia de La Sangre, la violencia se hizo presente por enésima ocasión con la barra cementera como protagonista, pese a estar ahí el "mero mero" para cuidar la integridad de los asistentes.
san.cadilla@reforma.com