La Dominguera

San Cadilla
en CANCHA


... No anda en burro
 
 
"Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos", rezaba aquella frase de Martin Luther King, aunque hay quien no se pudo acostumbrar a volar... ni en avión.

La aerofobia no exime a los pateabalones, a pesar de que muchas horas de su vida la pasan arriba de los

pájaros de acero, pues la globalización del balompié ha superado cualquier impedimento para viajar. Sin embargo, con el correr de los tiempos, esta fobia se volvió muy común y mientras algunos recuerdan casos actuales, hay ejemplos como el de Alfredo di Stéfano, Fritz Walter y otros.

Tales artefactos causaron grandes dolores de cabeza en di Stéfano, quien en alguna ocasión llegó a comentar que al subirse a un avión sufría un cambio drástico, pues lo hacía sin barba y, debido a la tensión, bajaba con pelo en la cara.

Walter fue otro caso notorio. Al haber vivido en carne propia los estragos de la Segunda Guerra Mundial como paracaidista, decidió nunca más subirse a un avión.

En casos más recientes, Zlatko Zahovic, Lionel Scaolini y el argentino José Óscar "Turu" Flores se negaron a viajar en avión con sus respectivos equipos.

En México no se salvan y es icónica la imagen de auténtico terror de Carlos María Morales mientras un avión entraba en turbulencia o la de los rezos de Ramoncito Morales en pleno vuelo para evitar cualquier desgracia.

Del "Tanque" Morales eran característicos los fuertes "berridos" al compás de los movimientos de la aeronave, quien le tenía pánico a volar.

 
 
 
¡QUÉ PENA!

 
No creo que algún atlista pueda olvidarse del argentino Sebastián Pena, quien vistió la playera rojinegra haciendo honor a su apellido.

Aquel futbolista que llegó a los Zorros como refuerzo para el Apertura 2004 con Sergio Bueno en el timón tenía un pequeño problema: los aviones pequeños le causaban fobia.

¿O acaso ya se olvidaron de la vez que tuvo que viajar de regreso de Chiapas en autobús? Las más de 20 horas de recorrido le costaron una lesión muscular.

La directiva aseguró que la situación no se repetiría... y así fue, pues el "Tomatito" decidió ya no trasladarse a Toluca en un vuelo chárter.

Pena terminó por salir del club, pues dio más de qué hablar por su fobia que por su futbol.

 
 
 
 
HASTA EN CONTRATO
 
 
Sin duda, el tema más famoso de un europeo con fobia a los aviones es el de Denis Bergkamp, pero en su caso, el miedo tuvo un origen distinto y hasta comprensible.

Previo al Mundial de Estados Unidos 1994 quedó claro que los aviones y el holandés nunca serían amigos.

Antes de llegar a la Copa del Mundo, una amenaza de bomba cuando todavía estaban en tierra, retrasó el viaje de la Naranja Mecánica a suelo norteamericano.

Ahí no acabó la historia, pues cerca de aterrizar en los Estados Unidos, el avión protagonizó una caída libre por varios segundos al haber entrado a una bolsa de aire, lo que marcó que Bergkamp lo pensara dos veces antes de subirse de nuevo a un avión.

Ya en la competencia, el susto pasó a un segundo plano y hasta tuvo una gran actuación en la Copa del Mundo, pero no bastó para que Holanda avanzara más allá de los Cuartos de Final.

A partir de entonces, el delantero introdujo una cláusula en sus contratos que le impedía viajar en avión como el resto de sus compañeros.

Con el Arsenal de Inglaterra se anticipaba a los viajes a otras ciudades y países, siempre en automóvil, autobús, tren o barco.

Viajes de mil 146 kilómetros -más de 10 horas- combinando distintos medios de transporte para llegar a Barcelona, o casi 20 horas en auto para llegar al duelo ante la Fiorentina en Italia, fueron parte de sus travesías como futbolista.

 
 
 
 
MEJOR EN LA CABINA
 
 
En España también se cuecen habas, y si no, pregúntenle a Iván Helguera.

Quien fuera jugador del Real Madrid vivió momentos duros en el aire, al grado de que para calmar su fobia tenía que visitar la cabina del piloto al momento de despegar y aterrizar.

El ahora entrenador en el futbol España no era muy afecto a los aviones; incluso, el traslado con la selección ibérica para la Copa del Mundo en Corea y Japón 2002 se convirtió en una total odisea para él.

Y cómo no, si el ex zaguero tuvo otra fuerte experiencia jugando para los Merengues, en un regreso de Moscú en el 2001, tras haber jugado contra el Lokomotiv en la Liga de Campeones.

El avión en el que volvían a Madrid fue obligado a aterrizar de emergencia poco después del despegue por una falla en un motor.

Imaginen la cara del ibérico a su llegada a la capital española.

Por supuesto que los futbolistas son personas normales, con fama y talento quizás, pero también con miedos y temores... ¿Cómo se llamará a la fobia a los columnistas?, ¿Qué, de qué se ríen?

 
 
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