La Dominguera

San Cadilla
en CANCHA


Un 'Tronco' en el Madrid
 
 
Quizá no muchos recuerden a aquel colombiano de 1.86 metros, que no tuvo éxito en la Selección de Colombia, pero que fue fichado por el Real Madrid en plena época de Los Galácticos.

"Por ahí dicen que yo soy muy malo... pero estuve 14 años Europa y eso no es fácil", dijo Edwin Congo en una entrevista reciente.

Aunque para la mayoría no

era más que un jugador de medio pelo intentando llegar a Primera, él tenía bien claro lo que quería, al grado de desobedecer a sus padres y aferrarse a su historia dentro del balompié.

Nació en Bogotá, en 1976, hijo de un padre administrador y de una trabajadora social, quienes le prohibían el deporte y le exigían demasiado en las notas escolares. Más tarde debutaría con el Once Caldas de una forma impredecible.

 
 
 
EL MALITO RECHAZADO
 
 
Su sueño era jugar al futbol profesional, aunque el desencanto llegó pronto: una de las escuelas de futbol de mayor prestigio en Colombia, la Sarmiento Lora, lo rechazó.

Así de simple, los entrenadores del centro formativo del cual han surgido estrellas como Miguel Calero le dijeron que mejor se dedicara a otra cosa.

"Intenté jugar en la Sarmiento Lora, pero yo era muy malito para la Sarmiento", recuerda en su retiro, con tono triunfante.

Los comentarios en contra de sus condiciones no le bajaron el ánimo, algunos en el medio de plano lo comenzaron a conocer como el "Tronco", pero tarde o temprano se iba a defender de las críticas.

Tanto amaba al futbol que todos los días jugaba a escondidas de sus padres, quienes gozaban de una aceptable condición social y económica, y lo último que deseaban era que Edwin se convirtiera en futbolista profesional.

A su casa no podía llegar sucio, tenía que disimular que había estado jugando con sus amigos del barrio, y eso le trajo resultados. Muchos en Buenaventura -donde creció- se sorprendieron cuando lo vieron debutar.

 
 
 
 
AL ONCE CALDAS
 
 
Su mamá odiaba el futbol al grado de que lo mandó a estudiar a Manizales.

Sus notas en Odontología eran de las mejores de su generación y tal parecía que el romance entre Congo y el deporte terminaría pronto dadas sus condiciones de estudiante excelente. Pero el destino dijo otra cosa.

Entre el segundo y el tercer semestre formó parte del equipo universitario y fue cuando cambió su vida. Ahí conoció a Martín Sierra Quiroz, quien se enamoró de las facultades del espigado delantero y lo promovió para que jugara con el Once Caldas.

El sueño se le cumplió. Congo debutó en 1995 con Los Albos y en su primera temporada anotó 30 goles, lo que le valió su convocatoria para la Copa América jugada en Paraguay en 1999.

Congo era diferente, se trataba del único jugador del club que combinaba el estudio con el futbol, y como le decía su mamá "en nada podía fallar", sobre todo en la escuela.

Logró graduarse como odontólogo gracias a que madrugaba y se dormía muy tarde para sacar buenas notas.

En el Once Caldas despertaba comentarios encontrados. Había un sector de la afición que de plano no lo quería. El mote de "Tronco" era común en el entregado y hasta divertido ofensivo, pero de que se metió a la historia se metió, porque colaboró en llevar al equipo a su primera Copa Libertadores.

En el torneo continental le marcó un gol al River Plate, lo que dejó muy emocionado a un joven fanático; éste mandó una carta a las oficinas del Real Madrid recomendando su contratación. Y no es que le hayan prestado demasiada atención, pero ahí comenzó el coqueteo entre Los Merengues y el colombiano.

 
 
 
 
INCREÍBLE, PERO CIERTO
 
 
Con apenas 2 goles anotados con el combinado cafetalero en la Copa América del 99 -y ante la sorpresa de propios y extraños- el Madrid adquirió su pase en 5 millones de euros, una situación increíble para los aficionados madridistas, quienes tachaban de desconocido al futbolista.

Su venta fue una auténtica bomba, pues se trataba del segundo fichaje más caro en la historia del futbol colombiano, sólo por debajo de la de Víctor Hugo Aristizábal a otro equipo español, el Valencia.

Edwin era más famoso por haber jugado aquel partido en el que Martín Palermo falló tres penales contra Colombia que por sus méritos para llegar a las filas del poderoso y millonario Madrid.

Con el tiempo se demostró que las ganas y su entusiasmo no iban a ayudarle a jugar y mucho menos ser titular con los Galácticos, y no vio acción en un solo juego oficial. ¡Ninguno!

La presión de Congo con el Madrid se vivió dentro y fuera de la cancha, pues tenía la etiqueta de refuerzo, pero el talento no era garantía.

Sin duda alguna, el promotor que logró acomodar al colombiano en los Blancos hizo el negocio de su vida, pues supo vender la carta de alguien que sabía que no se reflejaría, no hablemos de goles, ni siquiera en minutos en activo.

Los que salieron ganando fueron los directivos del Once Caldas, quienes por fin pudieron hacer su propia sede con el dinero recibido, en un sitio donde había hasta cabezas de ganado.

Al término de su primer año, el Madrid lo cedió al Real Valladolid.

 
 
 
 
LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS
 
 
Desde que salió de su natal Colombia en 1999 no regresó para jugar. El futbol europeo lo adoptó sin importar si había talento.

Después del Valladolid se fue al Guimaraes de Portugal, luego al Toluose francés... pero sus préstamos eran sólo de un año; el Madrid, aunque ya no lo quería, cuando no le encontraba acomodo se lo quedaba sólo para que observara los partidos desde la tribuna, porque ya ni siquiera al banquillo se asomaba.

Donde sí le fue bien y hasta a la afición le tomó cariño fue en el Levante, un club condenado al vaivén entre la Primera y la Segunda División.

En todas sus entrevistas, Congo se jacta de que no cualquier jugador acumula una trayectoria de 14 años en Europa, como él. Su carta de presentación: ser ex jugador del Real Madrid, lo cual se dio por más azares del destino que por su buen futbol.

"Es lo mejor que me pudo pasar en el futbol (estar en el Madrid)", lo dice con presunción. Y es que decir que había jugado para el Real era suficiente para satisfacer su ego.

En la historia, sólo tres jugadores colombianos han militado con los Merengues: Freddy Rincón, Congo y ahora James Rodríguez, además de un par de canteranos que actualmente se forman con los Blancos.

Su andar, con más pena que gloria, terminó en el futbol amateur de una liga de la zona de Valencia, luego de formar parte de nueve equipos, incluido "su" Real Madrid, como siempre lo llamó.

Ya saben, échenle ganas a la escuela y quién sabe...

 
 
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