Lavadero madrileño
Este 2015 debe traer cosas positivas para Raúl Jiménez, quien a pesar de pasar momentos duros en el Atlético de Madrid, sigue apechugando y aguantando banco sin quejarse.
Bien por él, porque por ahí me contaron que Mario Mandzukic no anda en muy buen plan con sus compañeros, sino todo lo contrario, porque es bastante pesadito y su carácter no le ha ayudado
en nada para hacer amigos y estar bien con el grupo.
Hace unas semanas hubo un altercado en la cancha entre Mandzukic y el capitán Diego Godín, quien no pudo aguantar los desplantes y malos modos del croata, por lo que se le fue encima.
Los compañeros tuvieron que separarlos, no sin antes hacerle sentir a Mandzukic que su presencia no es muy grata al interior del vestuario.
Se acordó que este altercado no iba a salir a la luz pública, para no hacer más grande el problema, tomando en cuenta que la presencia del croata no sólo obedece a uno de los caprichos de un directivo, sino también a todo el dinero que tuvieron que invertir por este delantero.
Y si no me creen, pregúntenle a Pep Guardiola por Mandzukic, y seguramente no les hablará de sus cualidades frente al arco, ni de los goles que ha anotado en la Bundesliga, pues hay mucho de fondo, porque el delantero no tiene sangre para hacer grupo.
También me enteré que Javier Hernández, quien vive a la vuelta de la casa de Jiménez en Madrid, se ha convertido en el paño de lágrimas del ex goleador del América, sólo que no sé que tanto le pueda ayudar el apoyo moral del "Chicharito" quien también anda sufriendo para hacerse un huequito en el Real Madrid.
A lo mejor como son compañeros del mismo dolor, por eso se entienden a la perfección.
san.cadilla@reforma.com