Inocente o culpable

Francisco Javier González
en CANCHA


Se presenta esposado ante los tribunales del futbol mexicano, acusado de atentar contra el espectáculo.

Parece tener una letra escarlata grabada en el pecho que hace voltear hacia él todas las miradas. Es efectivo, pero no lo quieren. Hay miles de voces que desean desterrarlo y, pese a que puede hacer campeón a un equipo, sabe que pueden exiliarlo en cualquier momento.

La historia

no es de ningún entrenador puesto en duda. Es la del gol de visitante, aparente culpable de la falta de emociones en la serie final por el título.

Hay quienes piensan que al no tener esa validez en los dos partidos que definen el título, veremos un mejor espectáculo. Los Tigres y el América tienen que jugársela diferente porque ahora todos los tantos valen lo mismo y la posición en la tabla también. Será campeón quien gane, aunque sea en penales después de dos imaginables empates a cero.

El acusado, sin embargo, tiene un argumento que su defensa hace imbatible: el gol como visitante -adoptado por quinta Liguilla consecutiva- no es el responsable de que se hayan marcado apenas 16 goles en 12 partidos.

La cantidad de goles que se ha marcado en las cuatro series finales anteriores a ésta son un desmentido a la ignorancia: con todo y el temor por aceptar un gol en casa que complique la vida, los números matan.

En el Apertura 2012 se marcaron 36 goles (2.57 por partido), en el Clausura 2013, 35 (2.5 de promedio). En el Apertura 2013 se lograron 50. Sí, ¡50! (3.5 goles por partido), y en el reciente Clausura 2014, un total de 47 (3.3 por juego).

La tendencia dice que lo sucedido en esta Liguilla no es inercia de nada. Es una postura de los equipos, un accidente del juego, una paridad o un temor. Pero es excepcional desde que se tomó la medida de darle validez al gol en patio ajeno.

Los partidos de la actual Liguilla han sido trabados, pero difícilmente han sorprendido a un equipo encerrado atrás para no recibir goles. Los técnicos han tenido que ver, y las fallas frente al marco en algunos casos, también.

La Final puede abrirse si cae un gol, dicen ambos técnicos. El punto es ese, que la ostra sea vulnerada. La clave es saber como intentarán tanto los Tigres como el América el gol que les ofrezca ventaja.

Ojalá sea una buena Final, pero si no lo fuera, el gol de visitante no ha tenido nada que ver. Ni en los últimos dos partidos -a los que no comparecerá- ni tampoco a los 12 juegos que se han celebrado mirándolo con recelo.

El jurado debe voltear a revisar otros factores. El acusado, por haber ayudado a hacer espectaculares las últimas Liguillas, ha sido puesto en libertad por los implacables números.
 
 
 
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