Contó Steven Gerrard que cuando se enteró que Luis Suárez había mordido a Giorgio Chiellini en el partido de Uruguay con Italia, en el Mundial de Brasil, inmediatamente se dio cuenta de que el "Pistolero" ya no seguiría en el Liverpool.
Fue, posiblemente, una sensación muy parecida a la que el capitán de los Reds experimentó cuando en el partido crucial contra el Chelsea falló y entregó un
gol que enterraba las opciones de ser campeones de la Premier después de 14 años.
Aunque le echarían de menos como referente, y porque mucho de lo que logró el Liverpool la temporada pasada se lo debió al charrúa, ni en los pensamientos más pesimistas de Gerrard y de los seguidores del club apareció la cruda realidad que hoy viven: de ser vicecampeones pasaron a ocupar el lugar 12, a una docena de puntos del líder, el Chelsea, y rezando a todos los dioses para no quedar eliminados en la Fase de Grupos de la Champions.
La ausencia de Daniel Sturridge, quien era el compañero goleador de Suárez y su natural sucesor, debido a una cadena de lesiones que lo ha mantenido fuera durante meses y hasta 2015, ha mermado la capacidad goleadora roja.
Ya hay presión sobre el DT Brendan Rodgers y le dan vida sólo por tres semanas si no logra los resultados que necesitan. Hoy con la visita al Stoke City comienza la cuenta atrás, pero el paso trascendente será el martes 9 de diciembre cuando se juegue en el torneo de clubes europeo contra el Basilea al que tiene que vencer, sí o sí.
Tras el empate agónico que frustró la victoria en Bulgaria, ante el Ludogorets, todos los focos señalaron al portero belga Simon Mignolet. El héroe de la temporada pasada, que hizo olvidar fácilmente las irregularidades de Pepe Reina, fue ampliamente castigado por los críticos. El ex defensa de Anfield Road y comentarista, James Carragher, pidió mandarlo a la banca, reconociendo que tampoco encontraba soluciones en el australiano Brad Jones. Bruce Grobbelaar, ex portero de los Reds, se sumó a la crucifixión y dijo que Mignolet "era peor que Drácula".
El equipo propiedad de la compañía estadounidense Fenway Sports Group, también dueña de los Medias Rojas de Boston, gastó para esta temporada 151 millones de euros en ocho fichajes, la tercera inversión más importante después del Manchester United y el Barcelona. Repescó del Milán a Mario Balotelli que, además de extravagancias, aseguraba cierta cuota de gol. Sin embargo, ha jugado ocho partidos en la Premier y solamente ha anotado dos veces.
Mientras Luis Suárez se reencuentra con el gol, vestido de azulgrana, queda claro que el famoso mordisco de Natal no solamente hizo sangrar a Chiellini y a los uruguayos. En la ciudad de los Beatles mientras los fanáticos cantan "You never walk alone", entonan en secreto "Help! I need somebody, Help!", de Lennon y McCartney.
homero.fernandez@cancha.com
@MUNDODEPELOTA