Hubo un momento en la campaña en que la distancia establecida por el América sobre cualquier perseguidor era importante.
Parecía que volaba, que llegaría tranquilo a la orilla.
En la fecha 11 tenía cuatro puntos de ventaja sobre el sublíder Monterrey y cinco sobre el tercer lugar.
Sin embargo, de los últimos seis partidos las Águilas perdieron tres y solamente ganaron uno.
Además de que en sus partidarios existe una asignatura pendiente: no ha ganado ningún clásico en el semestre.
La numerología sigue desfavoreciendo al equipo de Mohamed: en torneos cortos, nunca ha sido campeón llegando como líder. El fenómeno, bien sabido, afecta a la mayoría de los equipos que arriban en esa posición de privilegio.
Eso es tan inexplicable como normal y por eso existe la postemporada de futbol en México: iguala posibilidades y los equipos parten de cero, olvidándose casi del todo su actuación en campaña regular. El líder, en 36 Liguillas de torneos cortos, sólo se ha coronado en seis ocasiones. El segundo lugar es el que más veces da la vuelta olímpica: 12 veces, para un 33 por ciento de acierto, según reporta José Antonio Echevarría, experto en números futboleros.
Monterrey, sexto lugar, ocupa algo así como el lugar de cabecera en una reunión de solteros o el del copiloto en un accidente de autos: llegando en ese sitio, nadie hasta ahora ha sido campeón.
Volviendo al América y el doble duelo contra Pumas, las dudas numéricas tienen una explicación futbolística. Por diferentes razones ha perdido gas, contundencia y seguridad.
Para efectos reglamentarios, América es el líder general pero terminó consiguiéndolo por margen estrecho. El triple empate en puntos se repite solamente una vez desde 1996. América, Santos y Monterrey terminaron en punta con igualdad de unidades (28) en el Verano de 2001. Una de las otras cuatro veces, por cierto en que el liderato general se ganó con menos puntaje que en la actual.
Bien decía Antonio Mohamed antes del partido que lo único válido será el resultado final. Mucho más que cualquier explicación.
América ha descansado jugadores, no ha contado con otros y se dio el lujo de hacer un debut en el partido frente al feroz Atlas.
Llegó la hora de alinear a todos los titulares posibles, de revertir los números y de quitarle el asterisco que hoy se pone por los últimos resultados y el funcionamiento que a ratos tiene el líder general.
La etiqueta de favorito ante un rival que llegó de últimas a la Liguilla la tiene. Aunque siendo Pumas, la parte emocional puede cambiar conductas en cualquier dirección.
Llegó para todos la hora de la verdad.
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