CANCHA publicó ayer que la FIFA enviará a su Comité de Auditoría el informe del fiscal Michael J. Garcia sobre la supuesta corrupción en la asignación de los mundiales de Rusia y Qatar. Podríamos suponer un nuevo giro. ¿Será?
Mientras, en algún lugar, una madre soltera con dos hijos vive protegida por agentes del FBI. Su testimonio en la investigación de Garcia es clave en contra de las
autoridades cataríes.
"A Garcia le di una agenda de los hechos, mi IPhone, mi Blackberry, cds, e-mails. Todo lo que me pidió a cambio de mi anonimato", dice Phaedra Almajid, quien trabajó como enlace de prensa internacional del comité catarí hasta principios de 2010, cuando renunció.
En mayo de 2011, después de la designación de Qatar, Almajid le dijo secretamente al Sunday Times de Londres que podía probar que tres dirigentes africanos (el presidente de la Federación Africana y sus colegas de Costa de Marfil y Nigeria) habían recibido cada uno un millón y medio de euros por su voto. Una investigación del Parlamento británico obligó a revelar la identidad de la mujer, quien poco después se retractó de sus acusaciones. "Mi intención era producir algunos encabezados de prensa. Nunca creí que mis mentiras fueran a ser escuchadas por el Parlamento", le dijo entonces a la BBC. Aclaró que su rectificación no era producto de presiones. Pero, más tarde se supo que había recibido la amenaza de una demanda millonaria, por lo que tuvo que aceptar un acuerdo que incluía la negación de cualquier acoso. "Yo estaba completamente sola tratando de pelear con los cataríes. Tenía que proteger a mis hijos y firmé", se defiende.
Su vida ya no es la misma después de que el juez de ética de la FIFA, Joachim Eckert, dejara su identidad al descubierto al desacreditar su testimonio por el episodio de la denuncia desmentida. "El resumen de Herr Eckert es cruel, cínico y hace una descripción fundamentalmente equivocada de mi persona y de mi testimonio", critica la árabe-americana.
El fiscal Garcia tiene una grabación de aquella "negociación" de 2011 entre la mujer y un funcionario catarí. "¿Por qué eso no se menciona cuando Eckert cuestiona mi credibilidad?", reclama.
Almajid ha sido señalada como una traidora del mundo árabe y por eso ella y sus hijos han recibido amenazas que han movilizado al FBI. "Soy musulmana con un profundo amor por la región. Hablé con Garcia y hablo ahora porque es una cuestión de ética, de integridad y para marcar la diferencia entre lo correcto y lo indebido", fundamenta.
Ahora, le reclama a Garcia no haber protegido su identidad suficientemente y a Eckert por exhibirla para que nadie se atreva a hacer lo que ella: denunciar la corrupción.
"Soy una insignificante madre soltera contra el país más rico del mundo y contra la más rica organización deportiva mundial", asegura Almajid, mientras lamenta que va a tener que "vivir el resto de la vida mirando a mis espaldas".
homero.fernandez@cancha.com
@MUNDODEPELOTA