Clásico silencioso

Francisco Javier González
en CANCHA


El Guadalajara sabía que no estaba en condiciones de jugarle al América y en buena medida impidió que lo hiciera, aun a costa de sufrir la misma privación: no jugó América, no jugó Chivas y más de 80 mil espectadores en el Azteca y varios millones por la televisión, se la pasaron bostezando durante 90 minutos.

Se dice que así son los Clásicos, que no importa cómo están clasificados en la

tabla los oponentes que se vuelven a encontrar. Eso tiene sus asegunes. Justamente porque el Guadalajara está pasando las de Caín, es que planteó el partido de tal manera.

Históricamente, las Chivas sustentan parte de su éxito en el buen trabajo defensivo. Por ese extraño fenómeno que apaga hasta a los delanteros mexicanos más efectivos cuando se visten de rojiblancos, los números de sus mejores campañas en los últimos 30 años ubican al cuadro bajo del Guadalajara entre los tres o cuatro menos goleados de la campaña. Han tenido defensores portentosos e inolvidables.

Ahora, pese a no recibir tanto en el Clásico, sólo cuatro equipos han recibido más goles que el chiverío.

El orden empieza con una defensiva bien comportada. Después viene lo demás. A eso, en tiempos de terapia intensiva para el Rebaño, recurrió "Chepo" de la Torre.

La primera mitad la usó el Guadalajara para impedir los movimientos del adversario. La segunda, para adelantar líneas y tratar de llevarse algo más que el empate.

América, cierto, fue incapaz de generar peligro, de llegar con cierta claridad a la puerta contraria. Se ahogó en el intento y hasta padeció del escalofrío más importante del duelo: la mano de Paul Aguilar que Roberto García Orozco, en su primer Clásico dirigido de por vida, no marcó como penal pese a las evidencias del lance.

La necesidad hace que los seres humanos reaccionen de manera insospechada. A la gente se le conoce precisamente en sus tiempos más duros, en los que enfrenta las mayores dificultades y muestra su madera.

Chivas, en su enésimo intento de resurrección, no permite tanto en contra y se lleva un punto del Clásico más disparejo en posiciones de los últimos tiempos. Juega a sacar el punto, renunciando a un estilo que tal vez ya ni tenga en su plantel tras tantos cambios de jugadores, entrenadores y hasta directivos.

Para el semestre americanista no es buena noticia que se le fueron los tres Clásicos sin ganar uno solo de ellos. Para su afición es un asterisco colocado en los sentimientos.

Pese a todo, América se mantiene como líder y Chivas acumula 11 partidos sin ganar, que en un calendario de 17 son una grosería.

El Clásico queda atrás y el futuro de ambos será diferente. La fecha esperada quedó sin un solo apunte que recordar.

 
 
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