Refuerzo rojinegro
Hace unos días les conté que el Atlas andaba detrás de un delantero argentino que juega en Europa.
No, jóvenes, no es Ezequiel Lavezzi ni una estrella de gran calibre, pero su nombre puede ilusionar a más de un aficionado atlista.
Se trata de Gonzalo Bergessio, de la Sampdoria, quien tiene 30 años y desde el torneo pasado se lo ofrecieron a los
Zorros.
No es un secreto que el paraguayo Luis Caballero está en capilla y podría ser sacrificado para abrir plazas de extranjeros, aunque si Aldo Leao Ramírez y Facundo Erpen terminan sus procesos de naturalización, habría más cupo.
Para Bergessio, México podría significar un último aire en su carrera, pero ahí está el caso de Mauro Boselli, quien es líder de goleo y ha sido dos veces campeón con el León tras su arribo, precisamente, del futbol italiano.
Pues el nombre ya lo saben, al Atlas se lo ofrecieron y sí interesa, pero de eso a que se haga hay mucha diferencia.
Fiera fiestera
Y hablando de Mauro Boselli, el sábado en León hubo fiesta y no nada más por la goleada sobre el Atlas, sino porque en un lugar de muchas luces y música se desbordaron las copas.
A altas horas de la noche y con una actitud no muy amable se dejaron ver los argentinos Boselli y Jonathan Bottinelli en un exclusivo antro de León.
No sé si la victoria los elevó hasta las nubes, porque ambos pateabalones se portaron inaccesibles con los aficionados que buscaban fotografías o autógrafos en el lugar.
Sí, es su tiempo libre, pero nada les pasa si se portan amables.
Me imagino qué les dirá Gustavo Matosas a sus muchachos cuando se dé cuenta de que andan de alegres y no precisamente porque con 21 puntos aún tienen posibilidades de clasificar, a pesar de que no han tenido una buena campaña, bueno, no dentro de la cancha porque afuera no andan tan perdidos.
Buscando chamba
Diego Reyes está esperando buenas noticias de su promotor, quien busca sacarlo del Porto lo antes posible, porque ahí no tiene mucho futuro y su llamado al Tricolor será una dura prueba para él.
Si no da el ancho por su lógica falta de ritmo de juego en alta competencia, Miguel Herrera no podrá seguir sosteniéndolo.
El defensa, al parecer, ya entendió cuáles fueron los problemas que lo llevaron a esa inactividad, pues tener la mente en otras cosas que no tienen que ver con el futbol le trajo consecuencias.
En marzo le entregó un anillo de compromiso a Paola Torres Romo y a estas alturas del año la pareja ya no anda. Ahora la muchacha, actriz (o proyecto de actriz, como diría Ángel Reyna) de la infumable "Rosa de Guadalupe", anda risa y risa, haciendo pruebas para diferentes culebrones televisivos que se pondrán en marcha el año que viene.
Los papás del joven zaguero tuvieron oportunidad de platicar con Ricardo Peláez, presidente del América, durante el Mundial y saben que mientras esté él como directivo en Coapa siempre habrá una luz encendida para un eventual regreso al futbol mexicano.
El problema es que Reyes está aferrado en hacer carrera en Europa. Con que juegue podrá darse por bien servido, sea donde sea.
Serenísimo
Marco Palacios, por sus gritos y gestos en cada partido, parece tener un carácter muy explosivo, pero el defensa de los Pumas tiene un lado más sereno o al menos eso mostró cuando presentó el segundo simulador de su curso de entrenador, el jueves pasado.
Se le vio muy tranquilito en su área técnica durante los 90 minutos y la tanda de penales; incluso tras la derrota no se le vio hacer aspaviento alguno por decisiones arbitrales o errores de sus jugadores.
Se me hace que se estaba quedando dormido o de plano se quedó con algo de la escuela de Memo Vázquez, su actual técnico, quien se queda pasmado en partidos clave, como en la Final contra el América, cuando dirigía al Cruz Azul.
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