El América está pasando por su peor momento del torneo. El par de derrotas que ha sufrido en las últimas tres jornadas así lo señalan.
Su situación no es alarmante porque sólo ha perdido un encuentro más aparte de los recientes ante Cruz Azul y Querétaro, manteniéndose en la punta de la tabla.
Chivas empezó a enderezar algunos de sus números: hizo tres goles en casa, lo que desde el
15 de octubre de 2011 solamente había conseguido un par de veces: una goleada de 5-2 sobre Tecos y los tres que le clavó a la UdeG en el actual. Poco para tres años.
La pelea de Chivas con el gol como conjunto tiene explicación en lo individual: Omar Bravo, autor de un doblete, no marcaba desde hace más de ocho meses. Pese a que en ambos tantos le fue servido el balón en situación inmejorable para rematar a puerta abierta, ayudará a desbloquear un padecimiento que parece más anímico que futbolístico.
El trayecto del Guadalajara al Clásico no puede ser mas lúgubre pese a ello: no gana desde la segunda fecha del torneo y ocupa el penúltimo lugar de la tabla. Por muy poco, Chivas no es antípoda del América. Es probable que en la última jornada pelee en su cancha frente a Morelia el último lugar de la clasificación.
Para el América el juego implica la escala teóricamente menos complicada de las que le restan. Después del Clásico visitará al Toluca y cerrará en casa enfrentando al Atlas. Es decir que se medirá a quienes hoy le persiguen en el segundo y tercer lugar de la clasificación con el atractivo y el riesgo que eso implica.
Pese al buen lugar de su equipo, Mohamed es puesto en duda por haber perdido dos de los tres clásicos que tiene por torneo: cayó con Pumas, fue goleado por Cruz Azul y ahora enfrenta al Guadalajara de las horas más bajas. Fuera de la cuestión numérica, su equipo necesita la victoria para contentar un poco a una feligresía que pese a los buenos números es escéptica. El equipo que estaba robando en el torneo ya no lo es tanto.
Aunque para el Guadalajara es mucho más importante la cosecha, un equipo no gana los puntos de un partido porque los necesita, sino porque el juego que desarrolla le permite aspirar al triunfo. La victoria no la ganan los menesterosos por el hecho de serlo. Se los lleva generalmente quien juega mejor.
Con incremento de precios como es habitual, saturación mediática porque el asunto importa y algunas cosas que enderezar, el duelo del Azteca establece expectativas interesantes.
La voluntad recuperada de las Chivas para rescatar un partido casi perdido frente a Xolos y la autoridad americanista puesta en riesgo, son sustentos interesantes que encontrarán respuestas.
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