En la semana, el Bayern Munich jugó su partido de la Champions en Moscú en un estadio vacío, a raíz de una sanción por racismo al CSKA. El Gremio de Porto Alegre fue eliminado de la Copa Brasil, por un tribunal de justicia, porque sus fanáticos agredieron con insultos discriminatorios al portero del Santos, Aranha.
En la Premier League también se han señalado tratos desigualitarios. Por
ejemplo, el jefe ejecutivo Gordon Taylor, acusó a los clubes de no darle a los entrenadores negros las mismas oportunidades que a los candidatos blancos y dijo que hay racismo en las políticas administrativas de los equipos.
La cuarta parte de los jugadores de la Premier son afrodescendientes, pero ninguno de los entrenadores es de esa raza. El último fue Chris Hughton, quien renunció el pasado abril al Norwich City (2012-14), después de haber dirigido al Tottenham (1997-98), al Newcastle (2208-10) y al Birminghan (2011-12).
Taylor dijo que está dispuesto a impulsar reformas internas para que se aplique una especie de "ley Rooney", que rige en la NFL. Allí la cantidad de jugadores afroamericanos no corresponde en proporción a la de los entrenadores de su raza. Por eso, la regla exige que haya una cuota de candidatos negros en la lista de selección de coaches.
En la Liga profesional inglesa hay solamente dos entrenadores de raza negra en Divisiones Inferiores: Keith Curle, al Carlisle de la Liga 2, y Chris Powell, al Huddersfield de la Liga 1.
También ha sido el mediocampista del Manchester City, Yayá Touré, quien ha dicho que los jugadores de origen africano son discriminados por el entorno de la industria futbolera. Considera que no gana lo que debería, simplemente porque proviene de África. "Algunos reconocen mi nombre, pero no mi cara, pero sí conocen la cara de Messi", fustigó en abril pasado.
En el mismo sentido abonó el senegalés Demba Ba que, tras su paso por el West Ham, Newcastle y Chelsea, terminó en julio en el Besiktas de Turquía. Pese a convertir 43 goles en la Premier League ningún club inglés se interesó por él.
"Desafortunadamente los jugadores africanos no somos bien valuados como los jugadores ingleses o europeos".
Durante su gestión de cuatro años en la Selección de Inglaterra, Fabio Capello utilizó a 640 jugadores, solamente 22 de raza negra. Es decir, apenas un 3.4 por ciento del total.
Reclamar cuotas para las minorías sin tener en cuenta los méritos, tanto en el deporte como en la política, termina produciendo el mismo efecto discriminatorio que pretendió remediar.
Pero, si los ingleses están dispuestos a instrumentar un proceso abierto y transparente que ofrezca oportunidades por igual a los entrenadores afrodescendientes, su futbol marcará un precedente mundial... una vez más.
homero.fernandez@reforma.com
@MUNDODEPELOTA