Casi imposible encontrar más adjetivos para describir el adiós de Derek Jeter, aparte de la increíble respuesta del público de Boston, eterno rival de Yanquis, detalle que no se ve frecuentemente.
Un profesional entregado 100 por ciento a defender los colores de su club, diplomático, respetuoso con todo mundo, ya fuera compañeros de club o rivales y... sin escándalos dentro o fuera del
terreno, como otros.
Desde luego, Jeter lo pensó muy bien, pues anunció su retiro antes de iniciar la campaña 2014, pero ahora en sus 40 ya gozó de grandes temporadas, consiguió varios títulos mundiales, así como entró en el pequeño grupo de los contratos multianuales y millonarios, por lo que no debe tener problemas económicos en su futuro.
Queremos pensar que Derek, quien quizá podría jugar uno o dos años más, cree en lo que nos dice Eclesiastés 3: "Todo tiene su tiempo", y pensamos que él supo escoger su tiempo, para decir, "¡Hasta aquí, buena suerte compañeros yanquis!".
Contrasta enormemente lo de Jeter con el retiro de otros íconos de Yanquis que nos tocó ver hace años, como Joe DiMaggio, Mickey Mantle, Yogi Berra y Whitey Ford, por mencionar algunos.
Desde luego que el avance en los medios de comunicación y la mercadotecnia tuvo mucho que ver en este muy especial retiro. Muy merecido, desde luego.
Cambiando de canal, hoy se definirá cuál club es comodín en la Liga Americana, cuando los Atléticos de Oakland visiten a los Reales de Kansas City, que reaparecen en postemporada después de muchos años, y nos gusta para que den la sorpresa a los californianos... y a muchos otros.
Mañana, en el PNC de Pittsburgh, chocarán los Piratas y Gigantes en la Liga Nacional. Un desafío difícil de abordar, aunque por sentimentalismo nos gustaría que los bucaneros reafirmaran el gran verano que tuvieron.
¡Son pronósticos, eh!
felipem@elnorte.com