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Fernando Von Rossum
en CANCHA


Amables aficionados: después de unos días terribles por los escándalos de violencia familiar y el mal manejo de ellos, a la NFL le urgía un partido con el final que tuvo el Denver-Seattle para poner la atención del público donde debe estar, en los terrenos de juego.

Después de siete meses de aquella paliza memorable en el Súper Tazón, los Broncos tenían que definir su nueva fisonomía y lo

hicieron, estando muy cerca de arrebatar un triunfo que parecía elusivo durante casi todo el encuentro.

Dos series ofensivas definieron la excelencia de los participantes, pudiendo considerarlas como la firma de dos mariscales, el veterano ya de salida y el joven que hace su entrada.

Peyton Manning, con menos de un minuto por jugar, sin tiempos fuera disponibles y perdiendo por ocho: seis jugadas, 80 yardas, pase de anotación y pase para los dos puntos del extra.

En el tiempo extra, Russell Wilson: 13 jugadas, 80 yardas, seis pases, siete corridas, cuatro de ellas personales, anotación de seis y la victoria.

Por eso es tan importante el volado en el tiempo extra, el tener la posesión genera una gran ventaja. En este caso, Manning ya no tuvo oportunidad de tener una ofensiva.

Denver mostró que sus refuerzos están dando resultado y que ya están al nivel de los actuales campeones. Quizás se vuelven a enfrentar por el título.

En otro tema, hay conjuntos que ostentan marcas engañosas, por ejemplo, Cleveland con 1-2. Los Cafés han perdido sus dos encuentros, ante Pittsburgh y Baltimore, por un gol de campo al terminarse el tiempo reglamentario. Sin eso irían invictos.

Igual está Nueva Orleans, con dos perdidos de último segundo para igual ir con 1-2.

En cambio, Houston, Nueva Inglaterra y Dallas falsean con su 2-1.

Los Texanos ganaron a un Washington descoordinado en su primer juego y a Oakland, uno de los peores de la Liga, antes de caer el domingo pasado ante unos Gigantes que no son la gran cosa y ya viéndose como el equipo del año pasado.

Los Vaqueros derrotaron a un modesto Tennessee y recibieron el regalo de los Carneros, mientras que los Patriotas se ven muy mal. Su línea no protege a un Tom Brady que ha sido golpeado peligrosamente, su cuerpo de receptores consiste en un Rob Gronkowski al 70 por ciento y el pequeñito Julian Edelman y sólo su defensa carbura. El vencer apuradamente a Oakland en su casa lo define todo.

Por ahora, hacemos una pausa...

 
 
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