Lo logrado por la Selección Mexicana en el Mundial de Brasil no fue más allá de lo que las anteriores versiones del Tri habían logrado. Eso significa que todavía seguiremos otros cuatro años soñando con llegar al tan deseado quinto partido.
La edición "piojesca" de nuestra Selección ha hecho mucho ruido, pero con las mismas nueces. La explicación es sencilla y dura a la vez: cuando las
expectativas son muy bajas, lo poco que se logra satisface.
Como muchos de ustedes, pensé que no avanzaríamos de la primera fase, pero lo hicimos, y estuvimos cerca de cumplir el objetivo.
Creo que los mexicanos en general estuvieron satisfechos por la forma y con un nudo en la garganta por el resultado. Les aplaudimos el esfuerzo pese a que nos quedamos como siempre: sólo con el derecho de volver a soñar.
No sabemos si de nuevo la responsabilidad de cumplir la meta del quinto partido mundialista estará en manos de Miguel Herrera. Está claro que la continuidad no es una práctica muy utilizada por nuestros federativos, pero por lo pronto el "Piojo" más famoso de México dirigirá este fin de semana los primeros pasos de nuestra Selección rumbo a la hasta ahora inalcanzable meta.
Dos amistosos que para mi modo de ver lo que menos debería importar, aunque eso sonará rarísimo para los resultadistas, será el marcador final.
Tampoco se puede esperar o exigir un entendimiento táctico excelso de la Selección, ya que estamos hablando de los primeros partidos de preparación con algunos jóvenes en la cancha y sin la jerarquía de algunos veteranos que estuvieron en el Mundial brasileño.
El objeto principal en estos primeros pasos es la remodelación paulatina del Tricolor es ver de cerca a los jóvenes que empiezan a destacarse en nuestra liga, darles la oportunidad en unos cuantos amistosos para que enseñen si están hechos para soportar la responsabilidad que significa defender los colores de un país o si sólo son jugadores de clubes.
Si los chilenos vienen completos, como dicen, veo complicado que México pueda ganarles, pero como dije al inicio, el resultado sale sobrando. Tendrán enfrente a un adversario que los exigirá y a la vez ayudará a Miguel en esta nueva etapa de nuestra Selección. Lo veo como una oportunidad para esos muchachos.
Aquí empieza a ser trazado el futuro de la selección azteca, el futuro que suele ser llamado de distintas maneras: para los débiles es lo inalcanzable, pero para los valientes es la oportunidad.
A partir de mañana esos jóvenes futbolistas mexicanos empezarán a enseñar a su entrenador de qué lado están.
careca@elnorte.com
@krek9