Escribir sobre el "Chicharito" es como poner otra vez la canción que tanto nos gustó y por la que ya alucinan todos en casa de tanto escucharla una y otra vez.
Pero la verdad es que es el tema del día por varios motivos. Uno, la noticia en sí misma. Otro mexicano en el Real Madrid.
Son tan pocos que deberíamos incluir a Kuno Becker que vistió también esa camiseta para filmar una
película. Pero como no cuenta, "Chicharito" es el cuarto.
Otro motivo digno de ser observado con atención: las reacciones que provoca en nuestra sociedad futbolera una contratación de este tamaño. Es todo un fenómeno.
La sensación que despiertan los comentarios adversos a su llegada al Real Madrid son parecidos al del chiste en el que se pregunta un tercero cómo es posible que esa mujer tan monumental ande con un tipo tan tarugo.
Todo lo que sea mejor de lo que uno tiene, es inmerecido, digno de crítica y seguramente, producto de la corrupción. Un médico difícilmente habla bien de otro. O un mecánico. O un comentarista.
Siendo libre cada quien de abrir su debate por los motivos que sean, siempre serán dignos de ser tomados en cuenta.
Hay una tendencia que es muy humana, pero más nuestra que de otros lugares.
En Colombia festejaron casi con desfiles el traspaso de James Rodríguez al equipo merengue. Ni que decir de Keylor Navas, una especie de héroe nacional por tan significativa mudanza a la casa blanca.
En México se ve con escepticismo que Javier se entrene ahora en el Bernabéu. Hay malos augurios, pesimismo, sorpresa negativa.
Queda claro que el delantero mexicano viene de una mala época, pero eso no quiere decir que sea mal futbolista. Ni tampoco que vaya a conformarse con ser suplente sin poner todo de su parte para ganarse un lugar. Benzema es un gran delantero, pero "Chicharito" no fue contratado para ser su valet, su asistente o su porrista.
Los números ayudan a ser optimistas. Los merengues generan entre 15 y 20 remates por partido. Sólo el Barcelona, en la Liga española, tiene tal frecuencia de disparo.
Es un equipo en el que hay muchos jugadores, pero también muchas competencias. Y desgaste físico que obliga a una rotación.
Benzema, ocupante del puesto en el que cabría Javier, solo dejó de iniciar dos partidos la temporada pasada. Pero fue cambiado en el más de la mitad de ellos.
"Chícharo" tendrá que hacer usufructo de las bondades de un plantel que le va a acercar muchos balones. Debería terminar como el tercer o cuarto mejor anotador del Madrid, por detrás de Cristiano Ronaldo, Benzema y Bale.
Es buen objetivo para tenerlo en la mente, pese al escepticismo que muchos puedan tener.
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