Calibra Goodell vara de medición

Fernando Von Rossum
en CANCHA


Amables aficionados: al escribir estas líneas el martes, la NFL le seguía dando largas al anuncio sobre el castigo y suspensión a Josh Gordon, receptor de Cleveland.

La razón es sencilla, ¿cómo le van a hacer con las medidas disciplinarias después del pésimo precedente en el caso del corredor Ray Rice?

La mínima suspensión de dos partidos recibida por el jugador de Baltimore por

noquear a su prometida y llevársela arrastrando como fardo le ha complicado enormemente la vida al comisionado Roger Goodell y el tema no desaparece del entorno público.

A Gordon le avisaron que lo iban a suspender por toda la temporada por una falla micromínima en el análisis de substancias prohibidas.

Su caso es como sigue: la NFL tiene los estándares más rígidos del mundo en su regulación, permitiendo, en el caso de los componentes de la mariguana, un máximo de 15 ng/ml.

El Comité Olímpico Internacional, por ejemplo, permite hasta 150 ng/ml, diez veces más que la NFL. Un nanogramo es un milmillonésimo de gramo, o sea, un gramo dividido mil millones de veces.

Después de pasar más de 70 pruebas sin problema, la última muestra de Gordon salió positiva. Se le hicieron dos análisis a la misma: en el primero marcó 16 ng/ml, o sea un milmillonésimo de gramo arriba de lo permitido, pero, en la segunda marcó por debajo con 13.63 ng/ml.

Aquí brinca el primer absurdo. Si la misma muestra arroja dos resultados diferentes hubo un problema en el análisis. Incluso, si se promediaran los dos resultados daría 14.82 ng/ml, todavía dentro de la norma.

Sin embargo, la Liga decidió utilizar sólo los resultados de la muestra fallida para amenazar con la suspensión de 16 partidos al afectado.

En un juicio, la diferencia en resultados en una misma muestra sería suficiente para derrumbar esa prueba, pero aquí el problema es que el fiscal y el juez son la misma persona, Goodell. Esa es la encrucijada en la que están metidos el comisionado y la Liga.

Si el castigo a Gordon sobrepasa los dos juegos el mensaje que mandaría la NFL es claro: que son una organización machista en donde la violencia contra las mujeres es tolerada, mientras se aplica hipócritamente todo el rigor del reglamento contra un supuesto exceso de un milmillonésimo de gramo en una sustancia que, incluso, ya es legal en varias partes de Estados Unidos.

A ver cómo salen de esta. Por ahora, hacemos una pausa...

 
fvrossum@reforma.com