La última vez que el América había comenzado la campaña con marcha perfecta en las primeras tres jornadas fue campeón. Ganó aquella memorable Final contra Cruz Azul en el Clausura 2013.
A estas alturas del incipiente torneo ese puede ser el dato más irrelevante del mundo. Pero es el indicador de algo que cambia las miradas en Coapa. Después de la inevitable campaña de las comparaciones por
la manera en que Miguel Herrera y Ricardo Peláez dejaron el club tras perder la Final con el León para irse a la Selección Nacional, todo se veía a través de ese crisol.
Antonio Mohamed, cuestionado mil y una veces sin que en todas ellas existiera el análisis necesario, trabajó con el mismo plantel, pero con la adversa opinión general: los americanistas querían que el equipo jugara como el de Miguel Herrera cuando el director técnico ya era otro.
Para los tres triunfos consecutivos han pasado algunas cosas que han ayudado. Desde el penal que falla el León en la primera jornada hasta las ocasiones que el Puebla desperdicia cuando apenas perdía 1-0 el sábado.
Circunstancias tienen todos los partidos y a veces son en contra. América, finalmente, parece encontrar la autoconfianza que con Mohamed al frente no había podido disfrutar.
La visita al campo de unos Tigres atribulados desde hace algunos torneos y luego la presencia de Morelia en el Azteca, no son citas insalvables para las Águilas, no obstante la suspensión para Goltz, que recibió segunda amarilla en las condiciones mas incomprensibles del futbol: en tiempo de reposición y cuando su equipo ya ganaba 4-0. Primer pago del derecho de piso de quien llega a un futbol nuevo al que deberá tomarle el pulso.
La nota más atractiva del duelo consistía en ver a Cuauhtémoc en la cancha enfrentando al equipo de su nacimiento.
Parecería que las condiciones de Blanco darán para verlo sólo algunos minutos y en ciertas ocasiones.
Pese a una trayectoria llena de calidad, goles y carisma, la desventaja física parece ser demasiada. Cuauhtémoc podría ser considerado en los "equipos especiales" del Puebla si de futbol americano se tratara. Pero en un torneo tan competido, lo majestuoso de sus dones será puesto a prueba para ver qué tan útil le es a los poblanos, y que tanto le pueden ayudar ellos a lucir lo que le queda.
Si Raúl Alonso Jiménez estaba distraído con su posible traspaso a Europa, recuperó la lucidez. América terminó masacrando al Puebla con dos goles humillantes por la facilidad con que sus autores se deshicieron de quienes les marcaban.
Esto apenas inicia y los nueve puntos del América son sólo un indicador tempranero. Nada más...pero nada menos.
El tiempo dirá.
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