Con mucho positivismo y con la esperanza de cambiar mi forma de pensar en relación a la forma de jugar de los Rayados, así fue como llegué al Estadio Tecnológico.
Y pese a que el equipo ha ganado 7 de 9 puntos disputados, todavía no convence del todo.
Si en el primer tiempo tuvo unas cuantas opciones de gol, en el segundo Santos los dominó y sin jugar gran cosa tuvo a Monterrey en
sus manos.
Los cambios hechos por Carlos Barra generaron la pérdida de la posesión de la pelota, de la media cancha y del orden táctico y por poco los llevaba a perder el juego.
Cada 90 minutos de futbol nos cuenta una historia distinta, por eso no se puede tener cambios previamente establecidos y el técnico rayado intentó con los dos primeros, idénticos al partido pasado ante Pachuca, colocar un final de una historia en otra totalmente incompatible.
Lo de Neri, que pidió a gritos su cambio, estuvo bien, pero sacar al "Chelito" Delgado que era el único que ponía la pelota en el césped, que daba claridad a los avances rayados, que jugaba y hacía jugar a sus compañeros, principalmente a Efraín Juárez, fue como fallar un penal sin portero.
Entiendo que el argentino normalmente no va tener restos físicos para los 90 minutos, pero mientras demuestre que sus piernas sigan ejecutando bien lo que su cabeza ordene debe seguir en la cancha, es un jugador diferente.
Monterrey, que tenía en "Chelito" a un volante pensador, terminó con Pabon y Cándido Ramírez, velocistas con poca creatividad y visión de campo, y si agrego que el "Chupete" andaba en una mala tarde y que pocas veces se botaba para fungir como enganche, quedaba claro que el equipo perdería la pelota, y sin pelota es muy complicado jugar bien al futbol.
Señores, no todos los días un gol de último minuto salvará un titubeante desarrollo futbolístico, hay mucho quehacer, no se engañen con la posición en la tabla, hay muchas dudas y una sola certeza: este equipo no ha jugado bien.
Tigres rescata un punto en la difícil plaza de Tijuana, en donde sus fallidos intentos ofensivos fueron efectivamente soportados por las grandes atajadas de Nahuel Guzmán.
Un punto no es nada despreciable cuando el partido es de visitante, lo que sí me molesta es ver que el nivel futbolístico y aquella actitud ambiciosa que nos enseñaron frente al León estuvo muy por debajo de lo mostrado el viernes por la noche.
Aunque ya sabemos cómo son de inconsistentes los equipos de nuestra Liga, que parecen estar siempre en las manos de la inspiración momentánea y no sustentados por la capacidad que poseen, no dejo de sorprenderme semana tras semana con estos cambios tan drásticos.
@krek9
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